LA ESTAFA MAESTRA
LA HISTORIA DEL DESFALCO
1 Libro Autora Nayeli Roldán y Manuel Ureste
Editor Planeta
Primera edición 2022
LIBRO POR ENCARGO
LEER ESTA HISTORIA NOS INDIGNA
PERO NO HACERLO PERMITE QUE LA CLASE
POLÍTICA NOS SIGA ROBANDO
¿Quién
traiciono a Rosario Robles?
¿Por
qué Luis Videgaray no ha sido investigado?
¿Quién
engaño a los mexicanos?
Y
mucho más…
La
mañana del 13 de agosto de 2019, la historia política moderna de México cambió.
Por primera vez en nuestro país, una secretaria de Estado era encarcelada a
raíz de una investigación periodística. Rosario Robles ingresó al penal de
Santa Martha Acatitla acusada de ejercicio indebido de la función pública y,
hasta la fecha, sigue presa
La
Estafa Maestra —Premio Nacional de Periodismo 2017 y Premio Ortega y Gasset
2018— develó el multimillonario desfalco de dinero público bajo un esquema de
corrupción que involucraba a miembros del gabinete del expresidente Peña Nieto,
universidades públicas y empresas fantasma
De
todos los altos mandos involucrados solo Robles, exsecretaria de la SEDESOL y
de la SEDATU y una vieja adversaria del presidente López Obrador, ha sido
encarcelada y paga un castigo que asoma oscuros motivos políticos
A
partir de entrevistas inéditas, un minucioso seguimiento de la investigación a
tres años de la publicación original y una implacable cobertura de los juicios,
los periodistas Nayeli Roldán y Manuel Ureste relatan, a manera de thriller
político, la historia detrás de La Estafa Maestra y dan a conocer a los
orquestadores de uno de los peores desfalcos que México ha conocido y cuya
maquinaria continúa intacta para seguir operando
INTRODUCCIÓN
Es
probable que uno de los peores empleos que se pueden conseguir en el sector
público sea el de Auditor Superior de la Federación, es decir, el responsable
de fiscalizar el buen uso del dinero que gasta el gobierno
Imagina
la mayor parte de tu año se va a revisar cuentas y facturas, supervisar cómo
tal o cual funcionario público usó los recursos que le asignaron, tratar de
entender si se gastó bien o mal el dinero, verificar si se hizo la obra que se
debía hacer o si se contrataron a las empresas correctas
El
Auditor, tres veces al año, tiene la obligación de presentar reportes, en los
que resume sus descubrimientos. Ahí consigna desvíos de fondos, obras mal
construidas, contratos con empresas “fantasmas”, programas ineficientes. Y
señala dependencias, estados, fechas en las que ocurrió cada presunto acto de
corrupción
Pero
todo este trabajo –en el que participan casi mil empleados al mando del
Auditor- parece no importarle a (casi) nadie. O al menos eso dicen los números:
en sus primeros 17 años de existencia, la Auditoría Superior de la Federación
presentó 873 denuncias penales por mal uso de los recursos púbicos (dinero
desaparecido o mal empleado). Apenas 10 denuncias terminaron con un funcionario
o un particular sometidos a juicio. Y ninguno de ellos fue condenado en estos
17 años
El
problema no es que las denuncias hayan estado mal formuladas o que no hubiera
pruebas suficientes. Simplemente la procuraduría General de la Republica dice
que <sigue investigando> los casos, aun cuando hayan pasado años y años.
Les llaman <averiguaciones en integración>
A
cualquier lector, con toda razón, le pueden sorprender estos datos. No a un
periodista. Porque quizá en eso se parece el trabajo del Auditor con el de los periodistas:
documentas un caso de corrupción y es poco probable que algo ocurra. Con
frecuencia, ante una denuncia plenamente documentada, un reportero se topa con
el silencio de inculpados y autoridades. O, si tiene suerte, algún funcionario
anuncia investigaciones <caiga quien caiga>, en las que, finalmente,
nadie cae. Terminan guardadas en algún archivo. Son también <averiguaciones
en integración>
Estos
últimos descubrieron –en 2011- lo que inicialmente era un <tímido>
operativo para desviar recursos públicos. El cómo ha ocurrido puede explicarse
en una cuantas líneas, pero aquí están todos los detalles y recovecos que
muestran cómo se opera hasta hoy
En
resumen, los funcionarios aprovechan un hueco en la ley que les permite
entregar dinero a universidades públicas –sin ningún tipo de concurso o
supervisión- para que supuestamente realicen obras o den servicios que necesitan
las dependencias
Pero
estas universidades, que cobran una jugosa comisión por participar en el
fraude, en realidad entregan el dinero a empresas <fantasma>, que no
debían recibir recursos públicos porque no tienen la capacidad o la
personalidad jurídica para dar estos servicios o, simplemente, porque no
existen. Por tanto, no se hacen las obras y el dinero desaparece
Comenzó
al final del sexenio de Felipe Calderón. Pero en la revisión de las cuentas
públicas de 2013 y 2014, ya con el presidente Enrique Peña Nietro al frente del
gobierno, la auditoria Superior de la Federación mostró que el <tímido>
operativo se había vuelto un enredado y gigantesco mecanismo, en el que
participaban más de una decena de dependencias públicas y movía miles de millones
de pesos
Ése
fue el primer paso:
Pero
la Auditoría tiene un límite. No puede revisar las cuentas públicas a detalle y
sólo muestra la punta de la madeja
Documenta
un mecanismo y, en principio, debía tocarle a la Procuraduría General de la
República desenredar esa madeja, lo que nunca ha hecho. Aun así, los indicios
presentados en los informes de aquellas cuentas públicas mostraban suficientes
elementos sobre los cuales había mucho que trabajar
Ahí
entre el periodismo
Si
la Auditoría abrió la puerta y mostró que había universidades involucradas, si
comprobó que un puñado de empresas eran fantasma y si dijo que podían haberse
desviado unos 2 mil millones de pesos en 11 dependencias públicas, los
periodistas Nayeli Roldán, Miriam Castillo y Manuel Ureste fueron más allá e
investigaron todo el mecanismo del fraude hasta que no quedara duda
Revisaron
y sistematizaron la información de 73 convenios entre dependencias públicas y
universidades, presentaron más de medio millar de solicitudes de información,
viajaron a 6 estados de la república, hicieron más de 100 entrevistas,
investigaron a 186 empresas y cruzaron datos, no sólo de las oficinas públicas
que armaron el fraude, sino también de la Secretaría de Economía, el Registro
Público de Comercio, el Sistema de Información Empresarial Mexicano, Compranet,
el Registro Único de Proveedores y Contratistas, el Servicio de Administración
Tributaria y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, por mencionar
las más importantes
Usando
las herramientas del periodismo pudieron ponerle nombre y apellido a los
funcionarios involucrados y fijar el monto final del fraude en más de 7 mil
millones de pesos, sólo en esos dos años. Con su trabajo, los tres reporteros
explican toda la ruta del dinero, desde su salida de cada oficina pública.
Descubrieron cuánto recibieron las universidades como comisión y cuánto dinero
se quedó en cada empresa. Probaron cómo operan las empresas fantasma y hasta el
mecanismo que emplean para <rentar prestanombres>
Hoy
no queda duda del fraude ni de quienes son los responsables
En
cada una de las páginas de este libro podrán encontrarse estos datos y los
documentos que avalan cada dicho. Es un libro de periodismo, sin rumores,
filtraciones o cabos sueltos. Datos, pruebas, hechos
¿El
dinero defraudado fue a parar a los bolsillos de funcionarios públicos?
Por
el momento es todavía imposible saberlo. El periodismo no puede llegar hasta
allá, porque no tiene las herramientas legales para investigar cuentas
empresariales ni personales. Y las autoridades responsables de hacerlo, hasta
la fecha de publicación de este libro, no han hecho prácticamente nada
La
pregunta, por tanto, sigue siendo: ¿Dónde quedó el dinero?
No
hay pruebas aún, sólo indicios y filtraciones. La hipótesis más sólida es que
una parte se guarda en los bolsillos de los funcionarios y otra, la más
importante, se usa para tratar de ganar elecciones
En
México, como se ha probado una y otra vez, financiar un operativo electoral
cuesta caro
¿Cuánto?
Quizá el indicio más claro lo dio una investigación de la consultora
integralia, publicado en 2016, que muestra que en 2012 –año de la elección de
Enrique Peña Nieto como Presidente de la Republica- el flujo de efectivo en el
país aumentó 37 mil 374 millones de pesos de febrero a junio. Es decir, que la
cantidad de billetes y monedas en circulación en poder del publico creció en
esa elección y que este crecimiento <es desproporcionado y sale de los
patrones normales de demanda de dinero> Y cita dos datos que sirven para
comparar un año antes, el flujo había disminuido 2 mil 958 millones de pesos en
el mismo periodo y un año después, en 2013, disminuyó en 5 mil 119 millones de
pesos
Sucede
lo mismo en cada elección estatal o federal. En 2015, año de elecciones
intermedias, el flujo de efectivo volvió a aumentar, ahora a 28 mil 956
millones de pesos. Este aumento <puede deberse a actividades relacionadas
con el proceso electoral>. El propio Banco de México dice que existe <un
efecto temporal que la celebración de elecciones en nuestro país tiene sobre la
demanda del dinero>. La consultora probó que en elecciones para gobernador
de diversos estados ocurrió igual
Otra
madeja que habrá que desenredar. Pero al menos estos números dan idea del
tamaño del problema
Unas
líneas más arriba decía que el trabajo de los auditores y los periodistas tiene
algo en común no es fácil conseguir que paguen los corruptos
La
Estafa Maestra es un buen ejemplo. La Auditoria Superior de la Federación
reveló un mecanismo para desviar recursos en el Gobierno Federal Animal Político
y Mexicanos contra la Corrupción y la impunidad a través del trabajo de tres de
sus periodistas, documentaron y explicaron en que consiste el fraude, quienes
intervinieron, cuánto dinero desaparecieron y cómo lo hicieron. El resultado
está en este libro
Los
funcionarios, sin embargo, siguieron en sus cargos y el dinero –cuyo destino
final no se conoce- no ha sido restituido
En
México, la sanción legal tarda. O puede no llegar, como sucede en la mayoría de
los casos, porque la impunidad es <la marca de la casa>. Son corruptos
porque pueden y porque no pasa nada
Pero
auditores y periodistas tendremos que insistir en documentar el mal uso y el
desvío de recursos públicos y en señalar a los responsables. En ambos casos con
el rigor y la precisión como armas principales, con la claridad: la esencia del
servicio que puede dársele a ciudadanos lectores
Hacerlo,
de eso hay que estar convencidos, es dar al menos un paso para acabar con la
impunidad
Ahí
no acaba el trabajo. A los lectores les toca la sanción política y social.
También aumentar el volumen de la exigencia de que paguen los responsables
Esos
son los pasos clave para acabar con los
graduados
en desaparecer dinero público
Daniel Moreno
Director de Animal
Político
ÍNDICE:
Prólogo
Introducción
I.
La
Estafa Maestra: el sello del Gobierno Federal
II.
Los
implicados, el círculo cercano de Enrique Peña Nieto
III.
SEDESOL
¿Dónde quedó el dinero para los pobres?
IV.
Pemex,
la estafa a la gallina de los huevos de oro
V.
Las
universidades, bisagras del fraude
VI.
Las
Empresas fantasma, la clave
VII.
La
punta del iceberg
Epilogo:
El País de las Estafas Maestras
Agradecimientos
Acerca
del autor
créditos
FICHA TÉCNICA:
1
Libro
336
Páginas
En
formato de 16 por 24 por 3 cm
Primera
edición 2022
ISBN
9786070787126
Autor
Nayeli Roldán y Manuel Ureste
Editor
Planeta
FAVOR DE PREGUNTAR
POR EXISTENCIAS EN:
Correo
electrónico:
Celular:
6671-9857-65
Gracias
a Google por publicarnos
Quedamos
a sus órdenes
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