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lunes, 6 de noviembre de 2023

ESTAFA MAESTRA

 

LA ESTAFA MAESTRA

LA HISTORIA DEL DESFALCO

1 Libro Autora Nayeli Roldán y Manuel Ureste

Editor Planeta

Primera edición 2022

 

LIBRO POR ENCARGO

LEER ESTA HISTORIA NOS INDIGNA

PERO NO HACERLO PERMITE QUE LA CLASE

POLÍTICA NOS SIGA ROBANDO

¿Quién traiciono a Rosario Robles?

¿Por qué Luis Videgaray no ha sido investigado?

¿Quién engaño a los mexicanos?

Y mucho más…

La mañana del 13 de agosto de 2019, la historia política moderna de México cambió. Por primera vez en nuestro país, una secretaria de Estado era encarcelada a raíz de una investigación periodística. Rosario Robles ingresó al penal de Santa Martha Acatitla acusada de ejercicio indebido de la función pública y, hasta la fecha, sigue presa

La Estafa Maestra —Premio Nacional de Periodismo 2017 y Premio Ortega y Gasset 2018— develó el multimillonario desfalco de dinero público bajo un esquema de corrupción que involucraba a miembros del gabinete del expresidente Peña Nieto, universidades públicas y empresas fantasma

De todos los altos mandos involucrados solo Robles, exsecretaria de la SEDESOL y de la SEDATU y una vieja adversaria del presidente López Obrador, ha sido encarcelada y paga un castigo que asoma oscuros motivos políticos

A partir de entrevistas inéditas, un minucioso seguimiento de la investigación a tres años de la publicación original y una implacable cobertura de los juicios, los periodistas Nayeli Roldán y Manuel Ureste relatan, a manera de thriller político, la historia detrás de La Estafa Maestra y dan a conocer a los orquestadores de uno de los peores desfalcos que México ha conocido y cuya maquinaria continúa intacta para seguir operando

INTRODUCCIÓN

Es probable que uno de los peores empleos que se pueden conseguir en el sector público sea el de Auditor Superior de la Federación, es decir, el responsable de fiscalizar el buen uso del dinero que gasta el gobierno

Imagina la mayor parte de tu año se va a revisar cuentas y facturas, supervisar cómo tal o cual funcionario público usó los recursos que le asignaron, tratar de entender si se gastó bien o mal el dinero, verificar si se hizo la obra que se debía hacer o si se contrataron a las empresas correctas

El Auditor, tres veces al año, tiene la obligación de presentar reportes, en los que resume sus descubrimientos. Ahí consigna desvíos de fondos, obras mal construidas, contratos con empresas “fantasmas”, programas ineficientes. Y señala dependencias, estados, fechas en las que ocurrió cada presunto acto de corrupción

Pero todo este trabajo –en el que participan casi mil empleados al mando del Auditor- parece no importarle a (casi) nadie. O al menos eso dicen los números: en sus primeros 17 años de existencia, la Auditoría Superior de la Federación presentó 873 denuncias penales por mal uso de los recursos púbicos (dinero desaparecido o mal empleado). Apenas 10 denuncias terminaron con un funcionario o un particular sometidos a juicio. Y ninguno de ellos fue condenado en estos 17 años

El problema no es que las denuncias hayan estado mal formuladas o que no hubiera pruebas suficientes. Simplemente la procuraduría General de la Republica dice que <sigue investigando> los casos, aun cuando hayan pasado años y años. Les llaman <averiguaciones en integración>

A cualquier lector, con toda razón, le pueden sorprender estos datos. No a un periodista. Porque quizá en eso se parece el trabajo del Auditor con el de los periodistas: documentas un caso de corrupción y es poco probable que algo ocurra. Con frecuencia, ante una denuncia plenamente documentada, un reportero se topa con el silencio de inculpados y autoridades. O, si tiene suerte, algún funcionario anuncia investigaciones <caiga quien caiga>, en las que, finalmente, nadie cae. Terminan guardadas en algún archivo. Son también <averiguaciones en integración>

Estos últimos descubrieron –en 2011- lo que inicialmente era un <tímido> operativo para desviar recursos públicos. El cómo ha ocurrido puede explicarse en una cuantas líneas, pero aquí están todos los detalles y recovecos que muestran cómo se opera hasta hoy

En resumen, los funcionarios aprovechan un hueco en la ley que les permite entregar dinero a universidades públicas –sin ningún tipo de concurso o supervisión- para que supuestamente realicen obras o den servicios que necesitan las dependencias

Pero estas universidades, que cobran una jugosa comisión por participar en el fraude, en realidad entregan el dinero a empresas <fantasma>, que no debían recibir recursos públicos porque no tienen la capacidad o la personalidad jurídica para dar estos servicios o, simplemente, porque no existen. Por tanto, no se hacen las obras y el dinero desaparece

Comenzó al final del sexenio de Felipe Calderón. Pero en la revisión de las cuentas públicas de 2013 y 2014, ya con el presidente Enrique Peña Nietro al frente del gobierno, la auditoria Superior de la Federación mostró que el <tímido> operativo se había vuelto un enredado y gigantesco mecanismo, en el que participaban más de una decena de dependencias públicas y movía miles de millones de pesos

Ése fue el primer paso:

Pero la Auditoría tiene un límite. No puede revisar las cuentas públicas a detalle y sólo muestra la punta de la madeja

Documenta un mecanismo y, en principio, debía tocarle a la Procuraduría General de la República desenredar esa madeja, lo que nunca ha hecho. Aun así, los indicios presentados en los informes de aquellas cuentas públicas mostraban suficientes elementos sobre los cuales había mucho que trabajar

Ahí entre el periodismo

Si la Auditoría abrió la puerta y mostró que había universidades involucradas, si comprobó que un puñado de empresas eran fantasma y si dijo que podían haberse desviado unos 2 mil millones de pesos en 11 dependencias públicas, los periodistas Nayeli Roldán, Miriam Castillo y Manuel Ureste fueron más allá e investigaron todo el mecanismo del fraude hasta que no quedara duda

Revisaron y sistematizaron la información de 73 convenios entre dependencias públicas y universidades, presentaron más de medio millar de solicitudes de información, viajaron a 6 estados de la república, hicieron más de 100 entrevistas, investigaron a 186 empresas y cruzaron datos, no sólo de las oficinas públicas que armaron el fraude, sino también de la Secretaría de Economía, el Registro Público de Comercio, el Sistema de Información Empresarial Mexicano, Compranet, el Registro Único de Proveedores y Contratistas, el Servicio de Administración Tributaria y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, por mencionar las más importantes

Usando las herramientas del periodismo pudieron ponerle nombre y apellido a los funcionarios involucrados y fijar el monto final del fraude en más de 7 mil millones de pesos, sólo en esos dos años. Con su trabajo, los tres reporteros explican toda la ruta del dinero, desde su salida de cada oficina pública. Descubrieron cuánto recibieron las universidades como comisión y cuánto dinero se quedó en cada empresa. Probaron cómo operan las empresas fantasma y hasta el mecanismo que emplean para <rentar prestanombres>

Hoy no queda duda del fraude ni de quienes son los responsables

En cada una de las páginas de este libro podrán encontrarse estos datos y los documentos que avalan cada dicho. Es un libro de periodismo, sin rumores, filtraciones o cabos sueltos. Datos, pruebas, hechos

¿El dinero defraudado fue a parar a los bolsillos de funcionarios públicos?

Por el momento es todavía imposible saberlo. El periodismo no puede llegar hasta allá, porque no tiene las herramientas legales para investigar cuentas empresariales ni personales. Y las autoridades responsables de hacerlo, hasta la fecha de publicación de este libro, no han hecho prácticamente nada

La pregunta, por tanto, sigue siendo: ¿Dónde quedó el dinero?

No hay pruebas aún, sólo indicios y filtraciones. La hipótesis más sólida es que una parte se guarda en los bolsillos de los funcionarios y otra, la más importante, se usa para tratar de ganar elecciones

En México, como se ha probado una y otra vez, financiar un operativo electoral cuesta caro

¿Cuánto? Quizá el indicio más claro lo dio una investigación de la consultora integralia, publicado en 2016, que muestra que en 2012 –año de la elección de Enrique Peña Nieto como Presidente de la Republica- el flujo de efectivo en el país aumentó 37 mil 374 millones de pesos de febrero a junio. Es decir, que la cantidad de billetes y monedas en circulación en poder del publico creció en esa elección y que este crecimiento <es desproporcionado y sale de los patrones normales de demanda de dinero> Y cita dos datos que sirven para comparar un año antes, el flujo había disminuido 2 mil 958 millones de pesos en el mismo periodo y un año después, en 2013, disminuyó en 5 mil 119 millones de pesos

Sucede lo mismo en cada elección estatal o federal. En 2015, año de elecciones intermedias, el flujo de efectivo volvió a aumentar, ahora a 28 mil 956 millones de pesos. Este aumento <puede deberse a actividades relacionadas con el proceso electoral>. El propio Banco de México dice que existe <un efecto temporal que la celebración de elecciones en nuestro país tiene sobre la demanda del dinero>. La consultora probó que en elecciones para gobernador de diversos estados ocurrió igual

Otra madeja que habrá que desenredar. Pero al menos estos números dan idea del tamaño del problema

Unas líneas más arriba decía que el trabajo de los auditores y los periodistas tiene algo en común no es fácil conseguir que paguen los corruptos

La Estafa Maestra es un buen ejemplo. La Auditoria Superior de la Federación reveló un mecanismo para desviar recursos en el Gobierno Federal Animal Político y Mexicanos contra la Corrupción y la impunidad a través del trabajo de tres de sus periodistas, documentaron y explicaron en que consiste el fraude, quienes intervinieron, cuánto dinero desaparecieron y cómo lo hicieron. El resultado está en este libro

Los funcionarios, sin embargo, siguieron en sus cargos y el dinero –cuyo destino final no se conoce- no ha sido restituido

En México, la sanción legal tarda. O puede no llegar, como sucede en la mayoría de los casos, porque la impunidad es <la marca de la casa>. Son corruptos porque pueden y porque no pasa nada

Pero auditores y periodistas tendremos que insistir en documentar el mal uso y el desvío de recursos públicos y en señalar a los responsables. En ambos casos con el rigor y la precisión como armas principales, con la claridad: la esencia del servicio que puede dársele a ciudadanos lectores

Hacerlo, de eso hay que estar convencidos, es dar al menos un paso para acabar con la impunidad

Ahí no acaba el trabajo. A los lectores les toca la sanción política y social. También aumentar el volumen de la exigencia de que paguen los responsables

Esos son los pasos clave para acabar con los

graduados en desaparecer dinero público

Daniel Moreno

Director de Animal Político

ÍNDICE:

Prólogo

Introducción

I.

La Estafa Maestra: el sello del Gobierno Federal

II.

Los implicados, el círculo cercano de Enrique Peña Nieto

III.

SEDESOL ¿Dónde quedó el dinero para los pobres?

IV.

Pemex, la estafa a la gallina de los huevos de oro

V.

Las universidades, bisagras del fraude

VI.

Las Empresas fantasma, la clave

VII.

La punta del iceberg

Epilogo: El País de las Estafas Maestras

Agradecimientos

Acerca del autor

créditos

 

FICHA TÉCNICA:

1 Libro

336 Páginas

En formato de 16 por 24 por 3 cm

Primera edición 2022

ISBN 9786070787126

Autor Nayeli Roldán y Manuel Ureste

Editor Planeta

 

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