JUAN CARRASCO EN LA
1 Libro Autor Luis Zúñiga
Editor DIFOCUR
PRIMERA EDICIÓN 1941, por el PRM
SEGUNDA EDICIÓN 1958
TERCERA EDICIÓN 1992, DIFOCUR
ÚNICO LIBRO
APUNTES PARA UNA
BIOGRAFÍA
DEL PROLOGO A LA PRIMERA
EDICIÓN:
La
escuela proletaria de Mazatlán estaba marcada con el número 5. De primera a
cuarto año de primaria era el curso total de enseñanza que allí se impartía a
los hijos de los carboneros y de los obreros que vivían en los barrios norteños
del puerto.
Bajábamos
de los cerros a sus aulas instaladas en cuatro salones pequeños y modestos.
Allí nos aburríamos esperando la hora de libertarnos para correr a la playa y
tirarnos de cabeza al mar completamente desnudos (vichis se dice por acá),
después de haber oído a los maestros desde las ocho de la mañana hasta las doce
y desde las dos de la tarde hasta las seis, inclusive los sábados completos.
Era el año de 1911, don Justo Tirado encabezaban la bola maderista de los campesinos mazatlecos que traían en jaque a
los soldados del gabinete de don Porfirio. Juan Carrasco, andaba levantado
acompañado a su compadre don Justo
Juan
tenía un soberbio tipo de guerrilleros buena estatura, piel quemada por el sol,
cuerpo gallardo de rostro anguloso, labios delgados con bigote negro y largo,
ojos oscuros, camisa de algodón, sombrero de palma y huaraches a zapatos, según
anduviera en el campo de visita a la ciudad. Explotaba unas minas de cal y
sembraba pequeñas porciones de tierras de la Comisaría de El potrero. No leía
ni escribía. Recibió el título de general por voluntad de su compadre. Tenía
valor de sobra y era bondadoso
Pronto
su popularidad aventajó a la de sus compañeros y sobrepasó a la de su compadre.
Los muchachos de la escuela número 5 éramos decididos partidarios de Juan y de
su revolución. La simpatía que por él se despertara en los ranchos nos había
arrastrado sin conocer personalmente al peleador de la democracia
Con
Rafael Ibáñez, pilluelo de mi camada, fui al hospital Civil un mediodía en que
Juan estaba tendido en una cama, tenía la cara cubierta con algodón impregnado
de líquido desinfectante. Lo quise conocer y le pedí que nos mostrará el
rostro; se levantó el apósito y vimos su faz amoratada, inflamada hasta
perdérsele los ojos, que no abrió. Había sido derribado por su caballo, frente
al panteón, cuando entraba a toda rienda a la cabeza de un grupo que asaltaba a
Mazatlán en el amanecer de aquella mañana. Una granada de los cañones del Tampico, al estallar cerca de la
cabalgadura, la encabritó y tiró a Juan para arrastrarlo luego un buen trecho.
Carrasco se cubrió la cara de nuevo mientras nos despedíamos
Las
acordadas, feroces grupos de gentes armadas al servicio de la dictadura,
tuvieron en Carrasco y en la gente que mandaba a los enemigos que las
aniquilaron en el sur de Sinaloa, donde todavía se recuerdan con horror sus
hechos indescriptibles Mujeres violadas en presencia de sus padres, hombres
asesinados a machetazos en los brazos de sus esposas o hijas, casas incendiadas
y saqueadas en nombre de la Ley, trabajadores del campo arrancados de los
hogares para llevarlos a los cuarteles a engrosar las tropas disciplinadas a
garrotazos y bofetadas
En
la revolución de 1910, Juan Carrasco y otros, con sus legendarios 30 por 30
ofrecieron sus vidas para acabar con tanta ignominia
A
ellos se debe que nuestros campesinos hayan adquirido ese espíritu rebelde y
desafiador que ahora está forjando un pueblo llamado a figurar en la historia
como defensor de la libertad, para conseguir la cual será capaz de enfrentarse
al destino sin el menor asomo de miedo
Al
destino se enfrentó Juan Carrasco cuando, acosado por otro bravísimo y honrado
guerrillero (celoso de su fama y valentía), abandono la fiesta con que
celebraba en Villa Unión el día de su santo para irse de nuevo a la pelea no es
gesto de rebeldía inútil, sino en defensa de su honor de hombre y de soldado de
la Revolución. Cayó peleando a pecho descubierto y en campo raso.
Dejó
como única herencia a los corridos que relatan cantando sus acciones guerreras,
y una pena muy honda en el pueblo sinaloense
Si
todos nuestros guerrilleros, como Juan, hubieran, en los periodos de paz,
abandonado las carabinas para coger los arados; si todos, como el, hubiesen
terminado las peleas sin odios para los vencidos y con los bolsillos vacíos de
dinero, tanto o más pobres que antes de empuñar las armas, México fuera
próspero y feliz y en su suelo reinarían la paz y la justicia
Mi
compadre Luis Zúñiga, músico de rancho, comerciante y periodista
posteriormente, fue decidido carrasquista. Sin ser hombre de armas anduvo, como
muchos, a salto de mata detrás de Carrasco y de su gente, y, como todos, le
tomó cariño. Ya con todos los periódicos de la provincia a su disposición,
escribió en ellos, en fechas diversas, las hazañas y anécdotas del bravo Juan
que ahora se encierran en este folleto. Todavía lo quiere y la difusión de este
impreso debe darle la satisfacción de saber que contribuye a perpetuar en
nuestro pueblo el recuerdo de uno de los revolucionarios más probos y valientes
que salieron de su seno
ÍNDICE
Prólogo
a la primera edición
Rasgos
biográficos
Prólogo
a la segunda edición
Albores
de libertad
El
calero alegre
Una
proposición no aceptada
La
primera carraca
Los
rurales de don Porfirio
El
chaparrito Madero
La
dictadura aprieta demasiado las primeras balas
Sentenciado
a muerte
¡Abajo
el gobernador!
Cerca
de la muerte
Decepción
por la policía
Un
gesto de nobleza
En
vez de balas regalos
Magnanimidad
con los vencidos
Un
llamado insincero
Empujado
al campo rebelde
Romería
de revolucionarios
Una
maniobra descubierta
Indisciplina
y castigo
Revolucionarios
contra huertistas
El
general Felipe Ángeles fomenta la división
Las
revoluciones se atropellan
Carrasco,
enemigo de la traición
Escaramuzas
y tiroteos
Sutileza
de campesino
Una
traición descubierta
Un
general envuelto en sus propias redes
Un
incidente chusco entre enemigos
La
ley del talión
Un
matrimonio improvisado
En
las garras del villismo
El
tropezón agorero
Como
nació una pugna
El
retorno al campo
Persecución
enconada
Tragedia
FICHA TÉCNICA
1
Libro
64
paginas
Pasta
delgada en blanco y negro
Tercera
edición 1992
ISBN
9686608087
Dirección
de Investigación y Fomento de Cultura
Regional
del Gobierno del Estado de Sinaloa
DIFOCUR
FAVOR DE PREGUNTAR
POR EXISTENCIAS EN:
Correo
electrónico:
Celular:
6671-9857-65
Gracias
a Google por publicarnos
Quedamos
a sus órdenes
=
= = = = = = = =
Libro JUAN CARRASCO EN LA REVOLUCIÓN
ResponderEliminarEn el apunte al final se lee lo siguiente:
Juan Carrasco, de Luis Zúñiga, se termino de imprimir el mes de enero de 1992, en los talleres gráficos de Tribuna, Los Mochis, Sinaloa, México. Su tiraje consta de 1000 ejemplares, más reposición. Su edición estuvo al cuidado de Maritza López Sigfrido Bañuelos y Juan Esmerio Navarro
Libro JUAN CARRASCO EN LA REVOLUCIÓN
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ResponderEliminarGracias, estamos listos para atender
su petición en el Teléfono:
6677-146-961
Teléfono: 800-832-7697 llamada gratis en nuestro país;
CELULAR + 6671 – 985 - 765
WHATSAPP + 521 6671-9857-65
En el correo: alfonsomonarrez@gmail.com
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