sábado, 9 de noviembre de 2024

QUE ES LA AUTORIDAD

 

¿QUÉ ES LA AUTORIDAD?

1 Libro Autor Hannah Arendt

EDITOR PÁGINA INDÓMITA

PRIMERA EDICIÓN

 

LIBRO RECOMENDADO

Presentamos, en una nueva traducción a nuestra lengua, uno de los ensayos más celebres de Hannah Arendt, en el que la autora arroja luz sobre un asunto rodeado de controversia y confesión

Según Arendt, el desarrollo del mundo moderno se ha visto acompañado de una crisis de la autoridad, una crisis constante y cada vez más amplia y profunda. Y esta crisis, evidente desde principios del siglo XX, sería de origen y naturaleza política. Así, el auge de los movimientos totalitarios se produjo en el contexto de un colapso de todas las autoridades tradicionales, pero este colapso no fue resultado directo de los propios movimientos totalitarios; más bien se diría que el totalitarismo era el mejor preparado para aprovechar una atmósfera política y social en la que el sistema de partidos había perdido su prestigio y la validez de la autoridad misma fue cuestionada de forma radical

Para la autora. El síntoma más significativo de esta crisis de la autoridad, que indica la profundidad y la gravedad de la misma, es que se ha extendido hoy a áreas prepolíticas tales como la crianza y la educación: el hecho de que ya no sea firme ni siquiera a esta autoridad prepolítica que regia

Las relaciones entre adultos y niños, profesores y alumnos, significa que tocas las metáforas y modelos tradicionales al respecto han perdido su plausibilidad. Ni en la práctica ni en la teoría estamos ya en condiciones de saber qué es realmente la autoridad

Arendt asume que la respuesta a esta pregunta no puede radicar en una definición de la esencia de la <<autoridad en general>>. La autoridad que hemos perdido en el mundo moderno no es esa, sino una muy específica, distinta del poder y la coacción. Por lo tanto, la autora se propone reconsiderar qué fue históricamente esa autoridad y las fuentes de su fuerza y su significado, todo ello con el objetivo de encontrar una nueva fundamentación de la autoridad democrática

NOTA A LA PRESENTE EDICIÓN

El ensayo que aquí ofrecemos al lector tiene su origen en una ponencia preparada por Hannah Arendt para la conferencia que el Congreso por la Libertad de la Cultura organizó en Milán en septiembre de 1955. La contribución de la autora llevaba por título «The Rise and Development of Totalitarianism and Authoritarian Forms of Government in the Twentieth Century» y estaba dividida en tres partes: en la primera, Arendt abordada las diferencias entre gobierno autoritario, tiránico y totalitario; en la segunda, llevaba a cabo una crítica de los métodos empleados por las ciencias sociales para tratar el asunto, y en la tercera y última, ofrecía una definición del concepto de autoridad

El texto no llegó a publicarse de forma íntegra e independiente. Las partes I y II, reelaboradas, darían lugar después al ensayo de la autora «La autoridad en el siglo xx», que vio la luz en 1956 en The Review of Politics, y que ha sido publicado ya por Página Indómita en la antología de Arendt Pensar sin asideros. Ensayos de comprensión, 1953-1975.

La parte III, tras sucesivas reelaboraciones, terminaría constituyendo el ensayo sobre la autoridad que aquí presentamos. Arendt escribió primero dos versiones distintas en alemán, ambas bajo el título «Was ist Autorität?», publicadas en 1956 en la revista Der Monat y en 1957 en la antología de la autora Fragwürdige Traditionsbestände in politischen Denken der Gegenwart.

Después vendrían dos nuevas reelaboraciones, esta vez en inglés: una publicada en 1958 como «What was Authority?» en el volumen colectivo Nomos I: Authority, y otra que es la versión definitiva del ensayo, publicada como «What is Authority?» en la antología de la autora Between Past and Future, que vio la luz por primera vez en 1961. Esta versión definitiva, que constituye al mismo tiempo una reelaboración del ensayo «La autoridad en el siglo xx», es la que aquí ofrecemos al lector, en una nueva traducción a nuestra lengua

El ensayo de Arendt muestra un gran paralelismo con el trabajo de Carl J. Friedrich, quien ejerció la docencia en Harvard y editó el volumen colectivo Nomos I: Authority, citado más arriba, y sobre todo con las reflexiones de Alexandre Kojève en La noción de Autoridad (1942), obra publicada también por Página Indómita. Tanto Kojève como Arendt buscan una nueva fundamentación del pensamiento democrático tomando como referencia el concepto de autoridad; esto es, apuntan explícitamente al desarrollo de una autoridad democrática

ÍNDICE:

Nota a la presente edición

¿Qué es la autoridad?

Bibliografía

Cronología

FICHA TÉCNICA:

1 Libro

128 Página

En formato de 21 por 13 cm

Pasta delgada en color plastificada con solapas

Primera edición 2024

Traductor Roberto Ramos Fontecoba

ISBN 9788412818758

Editorial Página Indómita

 

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¿QUÉ ES LA AUTORIDAD? 

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ORIGEN DEL CAPITALISMO

 

EL ORIGEN DEL CAPITALISMO

UNA MIRADA DE LARGO PLAZO

1 Libro Autora Ellen Meiksins Wood

EDITOR SIGLO XXI

PRIMERA EDICIÓN 2021

 

LIBRO RECOMENDADO Y POR ENCARGO

El capitalismo no es ni una consecuencia inevitable de la naturaleza humana, ni una mera ampliación de antiguas prácticas comerciales cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos. Desencadenado en unas coordenadas espaciales y temporales específicas, el capitalismo necesitaba de una transformación radical previa de las relaciones entre los seres humanos y de estos con la naturaleza

En este clásico de Ellen Meiksins Wood, la autora ofrece al público lector una introducción formidable y accesible a las teorías y debates en torno al nacimiento del capitalismo, el imperialismo y el Estado - nación moderna

EN LA INTRODUCCIÓN:

La <caída del comunismo>, proclamada a finales de la década de los ochenta y durante la de los noventa del siglo pasado, parecía confirmar una creencia compartida por muchos durante largo tiempo: el capitalismo es el estado natural de la humanidad, se adapta a las leyes de la naturaleza y a las inclinaciones básicas del ser humano, y toda desviación de esas leyes e inclinaciones naturales solo puede acabar en desastre

Es obvio que, hoy en día, el triunfalismo capitalista que siguió a dicha caída del comunismo puede ponerse en cuestión por numerosas razones. Mientas escribía la <introducción> a la primera edición de este libro: EL ORIGEN DEL CAPITALISMO; el mundo se recuperaba de la crisis asiática. En la actualidad, las secciones financieras de la prensa diaria contemplan con nerviosismo los indicios de una recesión en estados Unidos, mientras redescubren los ciclos del capitalismo de toda la vida y que aseguraban eran ya cosa del pasado. El periodo histórico entre ambos episodios se ha visto salpicado en diversas partes del mundo por una serie de manifestaciones efectistas que se describen con orgullo a sí mismas como <<anticapitalistas>> y, mientras que muchos de los que participan en ellas parecen inclinarse por disociar las maldades de la <<globalización>> o del <<neoliberalismo>> de la naturaleza esencial e irreductible del propio capitalismo, son muy claros con respecto al conflicto que el sistema provoca entre la satisfacción de las necesidades de las personas y las exigencias que plantea la obligación de obtener beneficios, tal como demuestran cuestiones como la creciente brecha entre ricos y pobres o la creciente destrucción ecológica

El capitalismo ha conseguido siempre en el pasado superar sus crisis recurrentes, pero dejando siempre la tierra abonada para que emerjan otras aún peores. Sea cuales hayan sido los medios empleados para limitar o corregir el daño provocado, millones de personas han sufrido las consecuencias nocivas tanto de la enfermedad como de su tratamiento

Quizá las debilidades y contradicciones cada vez más evidentes del sistema capitalista lleguen a convencer incluso a alguno de sus defensores más acríticos de que es necesario encontrar una alternativa alguna está profundamente arraigada, sobre todo en la cultura occidental. Dicha convicción no solo cuenta con el respaldo de las versiones más descaradas de la ideología capitalista, sino también de algunas de nuestras creencias más preciadas e incontestables relativas a la historia, y no me refiero a la historia del capitalismo, sino a la historia en general. Como si el capitalismo hubiera sido siempre el destino del devenir histórico, o incluso como si el devenir de la propia historia se hubiera regido siempre por las <<leyes del movimiento>> capitalista

PETITIO PRINCIPII

El capitalismo es un sistema en el que todos los bienes y servicios, incluidos los más básicos para la vida, se producen para ser intercambiados de un modo rentable; incluso la fuerza de trabajo se convierte en una mercancía a la venta en el mercado; bajo el sistema capitalista, todos los actores económicos dependen del mercado. Esta dinámica no solo afecta a los trabajadores, que deben vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario, sino también a los capitalistas que dependen del mercado para comprar sus inputs, incluida la fuerza de trabajo, y para vender su outputs para obtener beneficios. El capitalismo difiere de otras formas de organización social en que los productores dependen del mercado para acceder a los medios de producción (al contrario que, por ejemplo, el campesinado que mantiene la propiedad directa de la tierra, al margen del mercado). Bajo este sistema, los propietarios no pueden confiar en que los poderes <<extraeconómicos>> de apropiación recurran a la coerción directa –como en el caso de los poderes militares, políticos y judiciales que permitieron a los señores feudales extraer la plusvalía del trabajo de los campesinos-, sino que dependen de los mecanismos puramente <<económicos>> del mercado. Este mecanismo de dependencia del mercado implica que la vida se rige por las reglas fundamentales de la competitividad y la maximización del beneficio. De esas reglas se deriva que el único motor del sistema capitalista es aumentar la productividad del trabajo con recursos técnicos. Por encima de todas las cosas, es un sistema en el que los trabajadores desposeídos  realizan el grueso del trabajo necesario para la sociedad y están obligados a vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario, para así acceder a los medios para subsistir y para trabajar. Los trabajadores, a la vez que proveen lo necesario para que la sociedad satisfaga sus necesidades y deseos, indisociablemente están generando ganancias para quienes compran su fuerza de trabajo. De hecho, la producción de bienes y servicios está subordinada a la producción del capital y del beneficio capitalista. Es decir, el objetivo básico del sistema capitalista es la producción y la reproducción del capital

Esta forma específica de proveer las necesidades materiales de los seres humanos, tan distinta de las anteriores formas de organización de la vida material y de la reproducción social, tiene muy poco tiempo de vida, apenas una fracción del conjunto de la existencia humana en la Tierra. Incluso quienes insisten con vehemencia en afirmar que el sistema radica de la naturaleza humana misma y de una continuidad natural de determinadas prácticas humanas desde tiempos inmemoriales no se atreverían a afirmar que el capitalismo realmente existiera antes de principios de la Edad Moderna, y, dicho sea de paso, solo en Europa Occidental. Es posible que estos enfoques vean algún indicio en etapas anteriores, o que identifiquen sus inicios en la Edad Media, en forma de amenaza sobre un orden feudal en declive, aunque aún sujeto a las restricciones feudales; incluso puede que detecten algún indicio en la expansión del comercio o en los viajes del descubrimiento, por ejemplo, en las expediciones de Colón a finales del siglo XV. Algunos se referirían a estas etapas tempranas como <<protocapitalistas>>, pero muy pocos serían capaces de afirmar en serio que el sistema capitalista existiera antes de los siglos XVI y XVII, y algunos lo situarán más bien a finales del XVIII, en el XIX incluso, cuando se desarrolla hasta adquirir su forma industrial

No obstante, paradójicamente, las fuentes históricas sobre la emergencia de este sistema han tenido mayoritariamente a definirlo como la materialización natural de tendencias omnipresentes. Desde que los historiadores empezaran a abordar por primera vez la cuestión de la emergencia del capitalismo, rara es la interpretación de la cuestión que no haya empezado precisamente para dar por sentado aquello que requería ser explicado. Prácticamente sin excepción, dichas interpretaciones sobre el origen del capitalismo han seguido una lógica fundamentalmente circular: han dado por supuesta la existencia previa del capitalismo para así dar cuenta de su emergencia. Para explicar la tendencia típica del capitalismo hacia la maximización del beneficio, han dado por supuesta la existencia de una racionalidad universal basada en esa maximización del beneficio. Del mismo modo, para explicar la tendencia del capitalismo a incrementar la productividad del trabajo con medios técnicos, han dado también por supuesta una progresión continua, casi natural, del avance tecnológico en la productividad del trabajo

Estas explicaciones de petitio principii (1) emanan del concepto de progreso de la economía política clásica y de la ilustración. Ambas basan el desarrollo histórico en la idea de que tanto la emergencia como el desarrollo del capitalismo están prefigurados ya en las primeras manifestaciones de la racionalidad humana, en los avances tecnológicos que arrancaron desde el momento en que el Homo sapiens blandiera la primera herramienta, y en las prácticas de intercambio entre seres humanos desde tiempos inmemoriales. Sin lugar a duda, el viaje de la historia hasta ese destino final, el destino de la <<sociedad mercantil>> o capitalismo, ha sido largo y arduo y se ha topado con innumerables obstáculos por el camino. Pero, en cualquier caso, han sido un proceso natural e inevitable. De modo que, según estos enfoques, la explicación del <<origen del capitalismo>> no requiere mayor explicación que la que aporta la superación a veces gradual y otras de manera repentina, fruto de la violencia revolucionaria, de los muchos obstáculos en su camino

Para la mayor parte de las explicaciones sobre el capitalismo y sus orígenes realmente no hay tales orígenes. Aparentemente, el capitalismo existió desde siempre, en algún lugar; bastaba con que se liberara de sus cadenas, por ejemplo, de los grilletes del feudalismo; para poder crecer y desarrollarse. Por lo general, dichas cadenas son de carácter político: los poderes parasitarios de los señores, o las restricciones del estado autocrático. En otras ocasiones, son de origen cultural o ideológico: una religión errónea, quizá. Dichas restricciones limitan el libre movimiento de los actores <<económicos>>, la libertad de expresión de la racionalidad económica. Estas interpretaciones identifican lo <<económico>> con el intercambio o los mercados; y precisamente es ahí donde ponemos detectar el supuesto del que parten. La semilla del capitalismo se alberga en los actos más primitivos del intercambio, en cualquier forma de mercado o actividad mercantil. Algo que conecta habitualmente con la otra presuposición: la historia consiste en un proceso prácticamente natural de desarrollo tecnológico. De un modo u otro, el capitalismo emerge de forma más o menos natural donde y cuando los mercados en expansión y el desarrollo tecnológico alcanzan el nivel adecuado, y permiten que se acumule la cantidad suficiente de riqueza como para permitir que se acumule la cantidad suficiente de riqueza como para permitir una reinversión rentable. Muchas interpretaciones marxistas coinciden con esta en lo fundamental, con el añadido de las revoluciones burguesas y su contribución a romper los grilletes que se obstaculizan el desarrollo capitalista

Estas explicaciones acaban haciendo hincapié en la continuidad entre las sociedades no capitalistas y las capitalistas, y niegan o disfrazan la especificidad del capitalismo. El intercambio ha existido más o menos desde siempre, y pudiera parecer que el mercado capitalista no sea más que una forma más que este adopta. Desde el punto de vista de esta argumentación, dado que la necesidad específica y única de revolucionar constantemente las fuerzas de producción no es más que una extensión y aceleración de las tendencias universales y transhistóricas, casi naturales, la industrialización es el resultado inevitable de las inclinaciones más básicas de la humanidad. De modo que el linaje capitalista pasa de forma natural del primer mercader babilonio, al burgher medieval, hasta el incipiente burgués moderno, para desembocar en el capitalista industrial

Determinadas interpretaciones marxistas de esta historia reproducen una lógica similar, incluso a pesar de que en sus versiones más recientes el relato tiende a centrarse en el campo y no en la ciudad, y sustituye a los comerciantes por productores rurales de mercancías, pequeños o <<medianos>> granjeros que esperan a que se les presente la oportunidad de convertirse en esplendorosos capitalistas. Según este relato, la pequeña producción mercantil, una vez liberada de las bridas del feudalismo, se convierte de un modo más o menos natural en capitalista, y los pequeños productores de mercancías tomarán la senda del capitalismo a la menor oportunidad

Estas interpretaciones convencionales parten de ciertos supuestos, ya sean más o menos explícitos, sobre la naturaleza y la conducta de los seres humanos, bajo determinadas circunstancias y si se les brinda la oportunidad. Es decir, que siempre aprovecharán cualquier oportunidad que se les brinde para maximizar el beneficio mediante el intercambio y, para poder materializar su inclinación natural, siempre hallarán formas de mejorar la organización y las herramientas en uso para incrementar la productividad del trabajo

¿OPORTUNIDAD O IMPERATIVO?

Según el modelo clásico, por tanto, el capitalismo constituye una oportunidad que debemos aprovechar donde y cuando sea posible. Esta noción de oportunidad es absolutamente fundamental en la interpretación convencional del sistema capitalista, y está presente en el discurso cotidiano. Pensemos, por ejemplo, en el uso común de la palabra que reside en el núcleo mismo del capitalismo: el <<mercado>>. Prácticamente todas las acepciones del término mercado que aparecen en el diccionario tienen la connotación de oportunidad: ya se aluda a un lugar en concreto o una institución, el mercado nos ofrece la oportunidad de comprar y vender; como abstracción, el mercado es la posibilidad de venta. Los bienes <<encuentran un mercado>> y decimos que hay mercado para un servicio o mercancía cuando existe una demanda, es decir, que podrá venderse y que se acabará vendiendo. Los mercados están <<abiertos>> a quienes quieran vender. El mercado representa <<las condiciones relativas a, y la oportunidad para, comprar y vender>> (The Concise Oxford Dictionary). El mercado implica ofrecer y elegir

Entonces, ¿qué son las fuerzas del mercado? ¿Acaso fuerza no implica coerción? Según la ideología capitalista, el mercado no implica coerción sino libertad. A su vez, existen determinados mecanismos orientados a garantizar el funcionamiento de la <<economía racional>> y salvaguardar dicha libertad; así, la oferta satisface a la demanda, y pone en circulación mercancías y servicios que las personas elegirán libremente. Estos mecanismos constituyen las <<fuerzas>> impersonales del mercado, y si llegan a ser coercitivas solo lo serán en el sentido de que obligan a los actores económicos a actuar con <<racionalidad>> y maximizar su capacidad de elección y sus oportunidades. Ello implica que el capitalismo, él no va más de la <<sociedad de mercado>>, es la situación óptima para la elección de oportunidades. Cuantos más bienes y servicios se ofrezcan, mayor es el número de personas con mayor libertad para vender y obtener beneficio, y mayor es el número de personas con mayor libertad para elegir entre esos bienes y servicios para comprarlos

Bien, entonces, ¿Dónde está el fallo de esta interpretación? Un socialista diría que se ha omitido el elemento fundamental, a saber, la mercantilización de la fuerza de trabajo y la explotación de clase. Hasta ahí, todo bien. Sin embargo, hay otro componente quizá menos evidente, y ausente incluso en las interpretaciones socialistas del mercado: la característica distintiva y dominante del mercado capitalista no es la oportunidad ni la capacidad de elección sino, por el contrario, la coacción. Bajo el capitalismo, la vida material y la reproducción de la vida están universalmente medidas por el mercado, de forma que, para acceder a los medios que garanticen la vida, todos los individuos deberán establecer relaciones mercantiles en un sentido u otro. Este sistema único de dependencia del mercado supone que los distados del mercado capitalista, sus imperativos de la competitividad, la acumulación, la maximización del beneficio y el incremento de la productividad del trabajo, no solo regulan todas las transacciones económicas, sino también las relaciones sociales en general. Puesto que las relaciones entre los seres humanos están mediadas por el proceso de intercambio de mercancías, las relaciones sociales entre las personas son como las relaciones entre las cosas: <<el fetichismo>>, el famoso concepto de Marx

Quizá más de un lector plantearía aquí la objeción de que este análisis no es ajeno a ningún socialista, o por lo menos a ningún marxista. Pero, como veremos más adelante, con frecuencia los aspectos específicos del capitalismo, como por ejemplo el funcionamiento del mercado capitalista desaparece como forma social específica toda vez que se presenta la transición de las sociedades precapitalistas a las sociedades capitalistas como una extensión o versión más madura, más o menos natural, aunque a veces frustrada, de unas formas sociales ya existentes, o en el mejor de los casos, de una transformación de índole cuantitativa más que cualitativa

Quizá más de un lector plantearía aquí la objeción de que este análisis no es ajeno a ningún socialista, o por lo menos a ningún marxista. Pero, como veremos más adelante, con frecuencia los aspectos específicos del capitalismo tienden a diluirse hasta en las interpretaciones marxistas del capitalismo, como por ejemplo el funcionamiento del mercado capitalista desaparece como forma social especifica toda vez que se presenta la transición de las sociedades precapitalistas a las sociedades capitalistas como una extensión o versión más madura, más o menos natural, aunque a veces frustrada, de unas formas sociales ya existentes, o en el mejor de los casos, de una transformación de índole cuantitativa más que cualitativa

Este libro versa sobre el origen del capitalismo y de las controversias que plantea, tanto de índole histórico como teórico. En la primera parte, se recorren las principales interpretaciones históricas y los debates que las rodean. Aborda en concreto el modelo más común de desarrollo capitalista, el llamado <<modelo mercantil>>, en alguna de sus variantes, así como algunos de sus principales desafíos. La segunda y la tercera parte esbozar una historia alternativa, que espero que salve algunos de los principales obstáculos que platean las explicaciones de petitio principii (1) convencionales, y que se basa en los debates que se abordan en la primera parte, especialmente desde los enfoques que se han enfrentado a las convenciones imperantes. Esta nueva edición revisada y ampliada incluye, entre otras cosas, secciones y capítulos nuevos en los que se esgrimen argumentos que tan solo se insinuaban en la primera edición, sobre todo relativas a las formas de comercio no capitalista, el origen del imperialismo capitalista y la relación entre el capitalismo y el Estado – Nación

Además, he añadido un subtítulo que espero que transmita no solo el mero hecho de que se trata de una edición bastante más extensa que la anterior, sino que adopta una <<mirada de largo plazo>> del capitalismo y sus consecuencias. Mi intención inicial ha sido desafiar la naturalización del capitalismo y destacar las formas en que representa una forma social históricamente específica y una ruptura histórica con formas sociales anteriores. Pero, el propósito de este ejercicio es tanto académico como político. La naturalización del capitalismo, que niega su especificidad y los largos y dolorosos procesos que lo generaron, limita nuestra capacidad para entender el pasado. A su vez, restringe nuestras esperanzas y expectativas de futuro ya que si el capitalismo es la culminación natural de la historia, su superación será entonces inimaginable. La cuestión del origen del capitalismo puede parecer arcana, pero se adentra en el corazón mismo de algunos supuestos que están profundamente arraigados en nuestra cultura, y que se suponen la peligrosa ilusión comúnmente aceptada de que el supuesto <<libre>> mercado beneficia a la humanidad y que es compatible con la democracia, con la justicia social y con la sostenibilidad ecológica. Para pensar en posibles alternativas futuras al capitalismo debemos pensar en interpretaciones alternativas del pasado

(1) Petición de principio, en inglés begging the question, es la falacia que define Aristóteles: <<petere id quaod demonstradum in principio propositum est>> (afirmar aquello que se debe demostrar). Se ha optado por poner la expresión en latín (N. de la T.)

OBRA INSCRITA EN:

COLECCIÓN:

HISTORIA

EN LA MATERIA:

CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES. HISTORIA MEDIEVAL, MODERNA CONTEMPORÁNEA

FICHA TÉCNICA:

1 Libro

224 Páginas

En formato de 14 por 22 por 1.4 cm

Pasta delgada en color plastificada

Primera edición 2021

ISBN 9788432320095

Traductor Olga Abasolo

Editor Siglo XXI

 

FAVOR DE PREGUNTAR

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alfonsomonarrez@gmail.com

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EL ORIGEN DEL CAPITALISMO

UNA MIRADA DE LARGO PLAZO 

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viernes, 8 de noviembre de 2024

PSICOPATA INTEGRADO EN LA FAMILIA LA EMPRESA Y LA POLITICA

 

EL PSICÓPATA INTEGRADO EN LA FAMILIA

LA EMPRESA Y LA POLÍTICA

CLAVES PARA NEUTRALIZARLO

1 Libro Autor Vicente Garrido

EDITOR ARIEL – PLANETA

 

LIBRO RECOMENDADO

Los años de trabajo; de estudio, de reflexión; de conversaciones; de saber escuchar, de escribir, de las conferencias y demás…, la dan la oportunidad a nuestro increíble autor – investigador escribir este bien estructurado trabajo de investigación a la manera de lo escrito por nuestro Vicente Garrido

La guía definitiva para detectar y defenderse

de los psicópatas que nos rodean

¿Le has entregado tu corazón?

¿Trabaja contigo?

¿Le votas en las elecciones?

¿Es un psicópata, pero tú no lo sabes?

¿Quieres aprender cómo identificarlo, manejarlo y defenderte?

Se estima que alrededor de un 1 por ciento de la población se encuentra en el espectro alto de la psicopatía. Toda persona está capacitada para detectar y neutralizar a un psicópata integrado, siempre y cuando disponga del conocimiento adecuado y haga un uso inteligente de las emociones (en especial del coraje) para hacerles frente. Con más de veinte años de investigación, Vicente Garrido desmonta mitos y brinda un análisis claro y accesible sobre el perfil del psicópata infiltrado, aquel que no comete delitos graves de violencia, pero se camufla, manipula y causa un daño significativo en la vida personal y en las instituciones de la sociedad

El experto criminólogo te ofrece aquí las herramientas necesarias para reconocerlo y defenderte de él. Gracias a sus recomendaciones prácticas y al relato de casos reales, aprenderás a identificar sus actitudes y modos de actuar, mejorar tus relaciones y entornos laborales y reconocer a los políticos con rasgos importantes de psicopatía, contribuyendo así a una sociedad más sana y segura

BIOGRAFÍA DEL AUTOR

Vicente Garrido Genovés es catedrático de Educación y Criminología en la Universidad de Valencia. Sus estudios sobre la infancia desadaptada, la criminalidad violenta y la psicopatía son referencia para académicos y profesionales. En Ariel ha publicado Cara a cara con el psicópata, Los hijos tiranos: El síndrome del Emperador, Nuevos perfiles criminales, True Crime: La fascinación del mal entre otros. Su último libro es El monstruo y el asesino en serie: De Frankenstein a Hannibal Lecter

CRÍTICAS

«Los psicópatas que dan más miedo no están en la cárcel, sino caminando entre nosotros. No te pierdas el análisis del maestro Vicente Garrido»

Jordi Wild

«Útil, impactante, esclarecedor. Un libro imprescindible para aprender a desenmascarar y lidiar con los vampiros emocionales que te rodean. Una lectura que puede literalmente cambiarte la vida»

Carlos Quílez

«Este es un libro indispensable para protegerse de esas personas sin empatía, capaces de manipularnos y destrozarnos sin remordimientos. Las hay en las familias, círculos y empresas. Ojo avizor.»

Cristina López Schlichting

La psicopatía es una manera de ser. El (o la) psicópata tiene un modo peculiar de pensar, de emocionarse y de actuar. su pensamiento es egocéntrico y centrado en lo que desea: todo lo demás es irrelevante o como mucho secundario. Mo toma decisiones basándose en principios morales, sino en su capacidad estratégica de hacerle conseguir lo que desea. Sus emociones negativas (ira, hostelidad, desprecio, envidia) son intensas, aunque muchas veces duran poco, las emociones positivas (empatía, compasión, sentido de la justicia, amor, lealtad) son muy débiles o inexistentes. En cuanto a comportamiento, cuidará su imagen y tratará de engañar y seducir a quien le convenga. Llegando el momento podrá usar la violencia psíquica, física o la que le provea su cargo (si lo ostenta) para satisfacer su motivación esencial: el control del ambiente en donde se desenvuelve; el dominio. En una palabra: el poder

LOS PSICÓPATAS INTEGRADOS:

He de advertirte que en este libro no me voy a ocupar del psicópata asesino serial o criminal violento que quizás has podido leer en otras obras mías, citaré algunos ocasionalmente, pero están al servicio de clarificar las explicaciones y argumentos que dedico al psicópata integrado <normalizado>, el sujeto de esta obra. Un psicópata integrado es un individuo que no ha sido definido como un criminal o como un psicópata por parte de la sociedad, pero que es responsable de una gran cantidad de sufrimiento en el mundo. ¿Cómo es posible esto? Pues lo es o bien porque son criminales ocultos que pasan por ciudadanos honrados, o bien porque ostentan posiciones de poder o estatus que les permiten, al menos por una parte de la opinión pública –muchas veces, sus propios conciudadanos, algo sobre todo muy típico en el caso de los políticos-, disfrazar sus actos egocéntricos y crueles como comportamientos honorables y legítimos. Es habitual que solo con el paso del tiempo se haga evidente la extensión y gravedad de sus actos destructivos, ya sea en el seno de una familia, en una organización en todo un país. Como efecto menos lesivo, el psicópata integrado expandirá infelicidad y miseria moral

La profesora de la Universidad Complutense de Madrid Ana Sanz y su grupo ha investigado cuál es la extensión o prevalencia de la psicopatía en la sociedad atendiendo a los diversos trabajos publicados en todo el mundo hasta la actualidad. Concluye que, entre los delincuentes identificados por haber cometido crímenes y condenados por ello, en torno al 15 por ciento de los varones son psicópatas, un 10 por ciento en el caso de las mujeres presas. Pero si atendemos a la población en general, que es donde se encuentran los integrados, el porcentaje disminuye en torno al 5 por ciento, de nuevo con una presencia mayor en los hombres, con aproximadamente un 8 por ciento, que en las mujeres, con alrededor de un 3 por ciento

Ahora bien, hay que hacer varias consideraciones en estos datos. La primera es que se sabe que la prevalencia de los psicópatas es mayor en los puestos donde se ejercen funciones directivas o se relacionan con el poder, como mánager y ejecutivos de empresas, directores de corporaciones, organizaciones o partidos políticos, donde el porcentaje llega al 13 por ciento. La segunda consideración es que si se utiliza el test más exigente para evaluar la psicopatía (que se explica más adelante), los valores caen en torno 1 por ciento entre la población en general. Quiero ser conservador y utilizar este último digito para representar el problema global que representa el psicópata para la sociedad, si bien has de tener en mente que entre las profesiones que <tocan el poder> el porcentaje es muy superior

Extrapolemos estos datos para nuestro país. Si estimamos que en torno a un 15 por ciento de la población penitenciara presenta una psicopatía, y tomamos en cuenta que esta ronda en torno a los 55,000 presos, esto significa que solo unos 2,000 de ese 1 por ciento están bajo control. En otras palabras, hay aproximadamente 468,000 psicópatas integrados (el 1 por ciento de 47 millones de habitantes menos los 2,000 encarcelados) recorriendo nuestras calles y con voto en los diferentes envites electorales. La gran mayoría de estos no son criminales, pero sí responsables de prácticas de abuso, explotación y daño moral a otras personas. Por ende, no es infrecuentemente que los psicópatas integrados incurran en infracciones administrativas o incluso penales (acoso, abuso de autoridad, violencia psicológica, tráfico de influencias y un largo etcétera), pero con frecuencia pasan desapercibidas

Hay varias razones para esto: en ocasiones las personas afectadas no denuncian por los costos que esto supone (financieros y anímicos); otras veces tienen muy poca confianza en que su caso pueda probarse satisfactoriamente en los tribunales, y finalmente hay mucha gente que teme ser objeto de represalias, sobre todo en el ámbito de la familia o de las empresas y organizaciones

Dicho esto, no debemos olvidarnos de este otro 5 por ciento que ya hemos comentado que hace referencia a la población general. Aunque, como mencioné anteriormente, según el test más exigente, la cifra correcta de psicópatas sea 1 por ciento, este 5 por ciento muestra una tendencia a la psicopatía. Es decir, con toda probabilidad, en esos dos millones casi de españoles que tendríamos que añadir a los 468,000 ya contabilizados nos encontraremos con individuos dentro del espectro de la psicopatía, seguramente con una intensidad menor en sus cualidades o rasgos psicopáticos, aunque tampoco podemos despreciar que haya mucha gente que tenga una psicopatía tan intensa como la correspondiente a ese 1 por ciento

En el transcurso de este libro, cuando hable de psicópatas en general, me referiré a ese núcleo más estricto del 1 por ciento. Mientras que si utilizo la expresión (o una variedad de ella) <sujetos que están (o pueden estar) dentro del espectro de la psicopatía>, quiero decir que, al menos, estarían situados dentro del 5 por ciento psicopático

DOS RAZONES PARA LA ALARMA:

¿Por qué representa un motivo de alarma sobre ese 1 por ciento?

POR DOS RAZONES

La primera es su potencial destructivo directo: cuando ostentan poder financiero o político, pueden hacer un daño inmenso a la sociedad, y de hecho en ese recorrer del siglo XXI hemos recogido pruebas concluyentes acerca de ese efecto nocivo. Dicho esto, tampoco podemos despreciar el daño que pueden ocasionar en el transcurso de una vida más ordinaria, particularmente a su familia (sin que sea necesario que exhiban violencia física), o en el ejercicio de su profesión, lo que es más cierto en aquellas actividades que tienen influencia sobre el carácter y la vida de muchos, como son los profesores, jueces, militares, médicos, sacerdotes, psicólogos, influencer, etc…

En ese 1 por ciento hay sujetos con mayor capacidad de hacer daño que otros. Los psicópatas varían mucho a la hora de ejercer su necesidad de control y poder, y algunos pueden recurrir a una violencia extrema en determinados momentos (dejando de ser integrados para convertirse en criminales identificados, sobre todo si son llevados ante la justicia, lo que no ocurre muchas veces), mientras que otros pueden contener mejor sus impulsos hostiles y canalizarlos de forma más sutil, por ejemplo, mediante el engaño o el acoso. Finalmente –y en el ámbito de la política- también hay que contar con el hecho de que existen sociedades donde hay más defensas y controles frente al abuso de poder, de tal manera que no es lo mismo que un psicópata lidere Estados Unidos (como Donald Trump) que Rusia (Putin), ya que el primero es un país de larga tradición democrática, mientras que el segundo sigue siendo un estado fuertemente autocrático. En otras palabras, a la hora de evaluar el riesgo que supone la psicopatía hay que atender tanto al potencial destructivo del individuo como a los recursos con los que cuenta y la situación en que se encuentra

 Esta capacidad de destrucción directa es posible porque podemos considerar al psicópata como el ser más preparado para realizar el mal. Con el concepto de <mal> no tenemos que recurrir a complicadas teorías sociológicas o filosóficas para saber a qué me refiero: si lees de nuevo la cita que encabeza esta introducción tendrás una comprensión transparente de lo que quiero decir. Además, la investigación científica derivada de los estudios sobre criminalidad, psicología política y empresarial, y en otros muchos ámbitos (conflictos bélicos; abuso infantil y de la tercera edad; violencia de género…), coincide en este punto: el psicópata es el ser más dañino y reincidente

No hace falta ser un experto para atisbar indicadores de la personalidad psicopática. Por ejemplo, ante una noticia como esta, en la que la policía captura a un grupo dedicado a traficar y esclavizar a jóvenes rumanas, a las cuales –si no alcanzaban los 400 euros de beneficios al día- les <rapaban la cabeza y les obligaban a dormir en el suelo debajo de la cama del proxeneta>, la mayoría de la población es capaz de percibir un trato degradante, pero eso no es todo, ya que estas mujeres también eran forzadas <a salir desnudas al balcón en pleno invierno; o directamente eran “condenadas” a recibir latigazos con cables de teléfono>. No, no necesitas ser un experto para comprender que estos actos son malvados, y sus autores una desgracia para nuestra especie. Un comportamiento de esa naturaleza nos faculta para presumir de modo razonado que estos traficantes son psicópatas (o sociópatas; en breve veremos la diferencia) porque poseen el sadismo tan característico de esta condición, la cosificación total de las chicas, su renuncia explicita a considerar el atributo moral por excelencia: la dignidad. Esto mismo puedes verlo en el comportamiento de psicópatas integrados que, ante los ojos de todo el mundo, parecen tipos estupendos, solo que no habrá latigazos o rapados de cabeza. Pero sí un ataque insidioso y cruel a la autoestima de su presa, a su modo de pensar, a sus valores e ideales, a sus derechos… con el mismo resultado de degradación personal y quizás colapso mental. Recurriendo a la documentación existente y a mis archivos personales, voy a procurar que te hagas una idea clara de lo que estoy hablando y comprendas las múltiples formas en las que los psicópatas lideran el mal en el mundo

En pocas palabras: el psicópata representa la imagen ancestral del sujeto al servicio del mal. Él (o ella) es quien encarna el modelo del ser malvado que está con nosotros desde el mismo origen de nuestra especie, lo que se comprueba de modo sencillo con la lectura de algunos de los libros canónicos de nuestra historia. Por ejemplo, en el siglo XVI muy poco se sabía de psiquiatría o psicología

¿Cómo es posible entonces que Shakespeare dibujara modelos casi perfectos de lo que hoy la ciencia entiende por un psicópata?

¿De dónde extrajo los rasgos de ego inflado, manipulación, crueldad y ausencia de todo principio moral que nos estremece cada vez que leemos su descripción de personajes como Claudio (el tío de Hamlet), Yago, Macbeth o Ricardo III, y que son los rasgos esenciales de la psicopatía?

La respuesta es que el bardo utilizó su intuición genial de artista para poner en palabras a un tipo de ser que, con el devenir de los siglos, ha configurado en nuestro imaginario colectivo el prototipo del malvado, un arquetipo que, en sus variadas formas, y desde el origen de nuestro género Homo (hace dos millones de años aproximadamente), ha conformado desde siempre una parte de nuestra realidad

Junto a su capacidad para dañar o destruir a las personas es igualmente importante dejar constancia de su potencial corruptor de la sociedad, al erigirse como modelo y posible inspirador de formas de pensar, sentir y actuar que, lejos de marcar un camino hacia el progreso del individuo y la sociedad, contribuye, en calidad de ejemplo negativo, a promover la falsedad, el engaño y la crueldad en el tiempo en el que vive y, con ello, la desconfianza y la hostilidad. Me baso aquí en la obra del filósofo español Javier Gomá, que ha establecido de modo riguroso que, a la pregunta esencial de cómo hemos de vivir, la respuesta se encuentra en el imperativo moral que tiene toda persona –por el hecho de serlo- de esforzarse para que su comportamiento sea un ejemplo positivo para los demás, ya que, se quiera o no, nuestra existencia está desde el nacimiento interconectada con la de otras muchas personas, de modo tal que no podemos dejar de ser ejemplos los unos para con los otros. De esto se sigue que, en la medida en que el modo de ser del psicópata se presente como algo deseable en la comunidad, su potencial para emponzoñar los valores y metas de la convivencia y de sus instituciones lo convierte en el enemigo más acérrimo de la humanidad, ya que degrada el horizonte moral del ciudadano. Pues, en suma, al psicópata y moral, fluir en su desarrollo humano como un ser con un propósito trascendente, esto es, que mira por un bien superior al de su mera existencia limitada en el tiempo

QUÉ LES HACE TEMIBLES:

En este libro argumentaré que la psicopatía es uno de los problemas más graves que tiene la humanidad, dado que muchas personas que ostentan un gran poder pueden clasificarse dentro del espectro de esta condición, sin olvidar los actos dañinos que le son propios del psicópata, más allá del poder social que ostenten. Para concretar, verás conmigo ejemplos y argumentos que pondrán de relieve la amenaza que representa el psicópata. Dichos argumentos son, en síntesis, estos diez:

1.

Psicológica y fisiológicamente están mejor adaptados para violentar y abusar de sus semejantes. Tienen paciencia y habilidad para seleccionar a sus presas

2.

Carecen de principios morales que regulen su comportamiento

3.

Están emocionalmente desconectados de los demás, lo que les permite dañar sin sentirse mal

4.

Su capacidad de manipular y de fingir que son <buenas personas> o <líderes visionarios> les facilitará ostentar puestos de gran responsabilidad en empresas o instituciones públicas, sobre todo si son del tipo psicópata primario controlado, como veremos más adelante

5.

Son expertos en sortear los filtros de censura moral de las relaciones sociales y de las instituciones, tanto públicas como privadas

6.

Aun cuando son identificados, con frecuencia han desarrollado una cohorte de admiradores y protectores, o han llegado a ostentar tal grado de poder que resulta muy difícil neutralizarlos

7.

Nuestra sociedad es propicia para el desarrollo del psicópata y de su modo de vida. Esto es debido a que tiende progresivamente a sustituir los valores de solidaridad y responsabilidad compartida en el logro del bienestar general por la competencia individualista tras el éxito material como valor central. En otras palabras, al hurtarse como eje central de la persona el logro de una vida con propósito o sentido existencial, se anima al individuo s que haga suyo y prospere en un mundo nihilista y sin metas trascendentes, lo que le condena a una pobre realidad humana, que es el escenario donde vive el psicópata

8.

La educación de las nuevas generaciones desatiende el <lado oscuro> del ser humano y tiende a infantilizarlas. Lejos de profundizar en promover la resilencia –la capacidad de superar obstáculos e infortunios para lograr una vida con propósito-, nos volcamos en que nuestros hijos <no sufran> contrariedades o decepciones, que no se expongan a contenidos <ofensivos> que puedan <lastimarles psicológicamente> y que, en suma, procuren pasar por la vida sin muchas dificultades. Sin embargo, como veremos en su momento, el dolor, el mal y la incertidumbre hacia lo desconocido son bien reales, y obrando de este modo hacemos de nuestros niños víctimas más fáciles de los psicópatas

9.

La violencia psíquica o física, desde el acoso y la humillación hasta la destrucción total, es una alternativa preferente en su manual de <resolución de problemas>.

Una de las razones de esa preferencia es el disfrute que obtienen al obrar de este modo, más allá de que su naturaleza es la óptima para el uso de la violencia y la coacción

10.

El psicópata es el ser más preparado para hacer realidad las peores distopías de la humanidad, dado que no reconoce ni es capaz de experimentar la esfera espiritual del ser humano. Por <espiritual> entiendo la dimensión humana que busca encontrar un sentido o propósito a su existencia, donde anidan los valores e ideales que promueven la conexión con los otros, con la naturaleza (o el universo) y permite el disfrute de la belleza en su sentido más pleno

Para él solo hay dos tipos de personas: los depredadores y las víctimas. Nosotros tenemos una tercera narrativa: somos protectores, de nosotros mismos y de los demás. Este es un libro basado en la investigación que pretende, ante todo, que te hagas las preguntas adecuadas acerca de tus valores y el tipo de personas con el que quieres relacionar. Si decides que no te agrada para nada el modelo de vida que representa el psicópata y te ha tocado enfrentarte a él, tengo dos buenas noticias, a las que podríamos denominar los dos principios de la lucha contra el psicópata:

Primer principio: Toda persona está capacitada para detectar y neutralizar a un psicópata. Lo que se requiere es que dispongas del conocimiento y actitudes adecuados, tengas presentes tus valores y hagas un uso inteligente de tus emociones (en especial del coraje) y de tus relaciones personales para hacerle frente

Segundo principio. El psicópata no tiene superpoderes, ni es el <genio del mal> que habitualmente –por propósitos de interés dramático- se presenta en los productos culturales. En general, el psicópata, cuando tiene éxito, es más por debilidades o errores nuestros que por sus aciertos. Es un superviviente como una variedad psicológica de nuestra especie que, desconectado del mundo de los afectos y de la responsabilidad moral, aprende a perseverar en sus trucos y engaños y, en su dedicación plena a esta tarea, es capaz de disponer siempre de una población de víctimas vulnerables

PLAN DEL LIBRO:

Este libro desarrolla todas estas ideas en un estilo que pretende ser de fácil comprensión y, al tiempo, riguroso en su contenido. Si he tenido éxito, lo leerás con una mezcla de diferentes emociones: interés, fascinación, indignación y, en algunos puntos, horror. Pero sobre todo quiero que sientas esperanza, energía y coraje. Que puedas haber sacado conclusiones importantes para ti, tu vida profesional y familiar, y tu rol como ciudadano. <Muchas batallas se pierden por no haber comprendido bien al adversario a quien se pretende combatir>, escribe el pensador francés Daniel Innerarity. Y continúa diciendo que, a ser posible, <debemos hacer ese esfuerzo antes de que sea demasiado tarde, cuando ya solo cabe lamentarse de no haberlo hecho antes>

ÍNDICE

Introducción:

El problema del 1 por ciento maligno

CAPÍTULO 1:

=  Se presenta el psicópata

=  El submarino

=  Variedades del psicópata

=  Qué es la psicopatía

=  La psicopatía y otros conceptos relacionados

=  Las mujeres psicópatas

=  La inteligencia de los psicópatas y su capacidad

de leer la mente ajena

=  La capacidad de cambio del psicópata

CAPÍTULO 2:

=  Perfil psicológico del psicópata integrado

=  El psicópata es un superviviente

=  El psicópata controlado y el impulsivo

=  Miedo y ansiedad como base de la empatía

=  La empatía de los psicópatas

=  El cirujano de la muerte

=  Las emociones de los psicópatas

=  La comunicación del psicópata

=  El comportamiento del psicópata

CAPÍTULO 3:

=  El psicópata en las relaciones afectivas y familiares

=  Identificar al psicópata: una ventana a su mente

=  El comportamiento del psicópata y sus indicadores

=  El sistema de vigilancia frente al psicópata

=  La intuición

=  El autoconocimiento y el diálogo interior

=  Observación descriptiva y el diálogo

con personas de confianza

=  El psicópata persevera en su naturaleza

=  Los hijos en riesgo de psicopatía

CAPÍTULO 4:

=  El psicópata en la empresa y las organizaciones

=  El psicópata como líder destructivo

=  Los psicópatas corporativos también pueden matar

=  Los psicópatas «visionarios»

=  Hannibal Lecter va al trabajo

=  La psicopatía como modelo social

=  La identificación del psicópata en la empresa

=  Prevención y control de la psicopatía en la empresa

=  Amor de padres

CAPÍTULO 5:

=  La patocracia: El psicópata en la política

=  El gobierno de los psicópatas

=  Por qué la política es tan atractiva para el psicópata

=  Democracia imperfecta

=  Asesinato en Malta

=  Populismo, autoritarismo y psicopatía

=  Maquiavelo

=  Dos psicópatas primarios: Donald Trump y Vladímir Putin

=  Identificando al líder político psicópata

=  Un ejercicio para los lectores: el tablero del psicópata

=  ¿Por qué los políticos psicópatas tienen tantos seguidores?

CAPÍTULO 6:

=  La lucha contra el psicópata

=  Viktor Frankl y Josef Mengele

=  Los fundamentos de la superación

del encuentro con la psicopatía: la logoterapia de Viktor Frankl

=  La voluntad de sentido nos impele a la acción

=  Actuar de modo trascendente

=  Autodistanciamiento

=  El relato del héroe

=  Cara a cara con el psicópata

=  Una sociedad debilitada: la cultura terapéutica

=  La resiliencia

=  La prevención en los niños con predisposición

a la psicopatía

=  Epílogo: El ojo del huracán

=  El psicópata y su relato

=  El psicópata en las relaciones

=  El psicópata en la empresa y las organizaciones

=  La patocracia

=  El ojo del huracán

=  Notas

FICHA TÉCNICA:

1 Libro

288 Páginas

Pasta delgada en color plastificado

Primera edición 2024

.580 Kilogramos

ISBN 9788434437920

Autor Vicente Garrido Genovés

Editor Ariel – Planeta

 

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EL PSICÓPATA INTEGRADO EN LA FAMILIA

LA EMPRESA Y LA POLÍTICA

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