viernes, 26 de abril de 2019

DIALOGO ENTRE UN MORIBUNDO Y UN SACERDOTE



DIÁLOGO ENTRE UN MORIBUNDO
Y UN SACERDOTE

1 Libro Autor Marqués de Sade
(Donatien Alphonse François de Sade)

Editor Mirlo Pocket





Al borde de la muerte el personaje principal
–el moribundo-; quien muy débil y postrado
ya agonizante a preguntas del sacerdote, este
lo invita al arrepentimiento por sus actos y que
acercándose a Dios será absuelto
de su vida pecaminosa

Este es un tema principal y en verdad que el autor
hace un trabajo insuperable y que vio a luz en
1926 y no en 1782 que fue la fecha
de culminación de este escrito

Lo anterior no es raro porque sus obras
fueron negadas en su momento por quien
tocaba en dirigir los destinos de una
Francia muy convulsa y confusa

Donatien Alphonse François de Sade, más conocido
como Marqués de Sade o El divino marqués (1740-1814),
es el escritor maldito por antonomasia, maldito para
quien a sus interés le endilgaba ese apelativo o etiqueta

Criado en familia de la aristocracia bajo
la tutela de un tío, el abate
de Sade, erudito imanado
de la corriente volteriana

En múltiples ocasiones y bajo diversos tipos
de gobierno, llámese monarquía, la república
y del imperio, que sumados todos serían alrededor
de 29 años en prisión, que fue
prohibida en el siglo XIX


Varios consideran a Sade como
un revolucionario y un anarquista

Sus textos morales y políticos han hecho
de él un apóstol de la libertad y la Revolución

En sus escritos combina los relatos pornográficos
con la exposición de un sistema filosófico
materialista y ateo


A CONTINUACIÓN UNA

CORTISIMA MUESTRA

PARA EJEMPLO

DE LA OBRA EN CUESTIÓN



Diálogo entre un moribundo
y un sacerdote



Brillante disertación entre un moribundo
y un sacerdote y que en un principio se refiere
el libre albedrío otorgado a los humanos
y el moribundo dice:

MORIBUNDO

¿Para qué? Si ya sabía el rumbo que el
hombre tomaría, ¿por qué no lo indujo a seguir
el buen camino, puesto que sólo dependía
de él? ¿No dices acaso, que es todopoderoso?

SACERDOTE

¿Quién puede comprender los designios inmensos
e infinitos de Dios sobre el hombre, y quién puede
comprender todo lo que vemos?

MORIBUNDO

Aquél que simplifica las cosas, amigo, sobre todo
aquél que no multiplica las causas para
no oscurecer aún más los efectos

¿Qué necesidad tienes de una segunda dificultad
cuando no puedes comprender la primera?
Y ya que es posible que la naturaleza por sí
sola haya hecho lo que atribuyes a tu dios,
¿por qué quieres adjudicarle un amo?
La causa de lo que no comprendes es, quizás,
la cosa más simple del mundo

Perfecciona tu física y comprenderás mejor
la naturaleza; depura tu razón, desecha tus
prejuicios, y ya no tendrás necesidad de tu dios

SACERDOTE

¿Quién puede comprender los designios inmensos
e infinitos de Dios sobre el hombre, y quién
puede comprender todo lo que vemos?

MORIBUNDO

Aquél que simplifica las cosas, amigo,
sobre todo aquél que no multiplica las causas
para no oscurecer aún más los efectos

¿Qué necesidad tienes de una segunda dificultad
cuando no puedes comprender la primera?

Y ya que es posible que la naturaleza por
sí sola haya hecho lo que  atribuyes a tu Dios,
¿por qué quieres adjudicarte un amo?

La causa de lo que no comprendes es, quizás,
la cosa más simple del mundo

Perfecciona tu física y comprenderás mejor
la naturaleza: depura tu razón, desecha tus prejuicios,
y ya no tendrás necesidad de tu Dios.

(…)

SACERDOTE

Entonces, ¿no tienes la más mínima creencia en Dios?

MORIBUNDO

No. Y ello por una razón bien simple: que es
perfectamente imposible creer lo que no se comprende

Entre la comprensión y la fe deben existir vínculos
estrechos, la comprensión es el primer alimento
de la fe: donde no hay comprensión,
la fe está muerta

Y los que en ese caso pretendieron poseerla,
se engañan

No te creo capaz de creer
en el Dios que predicas, porque no sabrías
demostrármelo, porque no está en ti
definírmelo, y en consecuencia no lo comprendes

Y como no lo comprendes no puedes proporcionarme
ningún argumento razonable en su favor

En una palabra, todo lo que está por encima
de los límites del espíritu humano es o
quimera o inutilidad; y no pudiendo ser tu
dios sino una u otra de estas cosas, en el primero
de los casos sería yo un loco de creer en él,
un imbécil en el segundo.
(…) En consecuencia, no me has prestado ningún
servicio con la edificación de tu quimera,
has turbado mi espíritu, pero no me has
aclarado nada, y, en lugar de reconocimiento,
sólo te debo rencor

Tu Dios es una máquina que has fabricado
para servir a tus pasiones, y la haces funcionar a voluntad

Pero desde el momento en que esa máquina perturba
mis pasiones, debes encontrar normal que la haya derribado

Y justamente cuando mi alma débil tiene necesidad
de calma y de filosofía, no vengas a espantarla
con tus sofismas, que la asustarían sin convencerla
y la irritarían sin mejorarla. Amigo mío, mi alma
es lo que ha querido la naturaleza que sea, es decir,
el producto de órganos que ella se ha complacido
en brindarme, conforme a sus designios y
necesidades: y como tiene idéntica necesidad
de vicios y virtudes, cuando ha deseado llevarme
hacia los primeros, lo he hecho, cuando ha querido las
segundas, me ha inspirado los deseos consiguientes,
y me he entregado a ellas sin reparos

En esas leyes de la naturaleza, que responden
sólo a sus deseos y a sus necesidades,
debes buscar la causa única de la
inconsecuencia humana.

(…)

SACERDOTE

Conforme a esto, me parece superfluo hablarte de religión.

MORIBUNDO

¿Por qué no? Nada me divierte tanto como
el exceso a que los hombres han podido llegar
en materia de religión; el fanatismo y la imbecilidad
son extravíos tan prodigiosos que su espectáculo,
desde mi punto de vista, pese a ser horroroso
es siempre interesante. Responde ahora con
franqueza y sobre todo desecha tu egoísmo

Si fuera yo lo suficientemente débil como para
dejarme sorprender por tus ridículos sistemas
sobre la existencia fabulosa del ser que hace
necesaria la religión, ¿bajo qué forma me
aconsejarías que le rindiera culto?
¿Preferirías que adoptase los ensueños de Confucio
antes que las extravagancias de Brahma?
¿Debo adorar a la gran serpiente de los negros,
al astro de los peruanos o el Dios de los ejércitos de
Moisés? ¿A cuál de las sectas de Mahoma quisieras
que me convirtiese? ¿O cuál de las herejías
cristianas sería preferible para ti?

(…)

SACERDOTE

Pero a pesar de todo, tienes que admitir
alguna cosa después de esta vida; es imposible
que tu espíritu no haya intentado alguna
vez atravesar las tinieblas del destino que
nos aguarda. ¿Y qué sistema puede haberlo
satisfecho mejor que aquél que reserva una multitud
de penas para el que vive en el mal y una recompensa
eterna para el que vive en el bien?

MORIBUNDO

¿Cuál sistema? Pues el de la nada, amigo mío

Jamás me ha asustado, y no veo nada más consolador y simple

Todos los otros son obra del orgullo, éste sólo lo es de la razón

De todas maneras, esa nada no es espantosa ni absoluta

¿No tengo acaso bajo los ojos el ejemplo de las
perpetuas generaciones y regeneraciones de la naturaleza?
Nada perece, amigo mío, nada se destruye en el mundo;
hoy hombre, mañana gusano, pasado mañana mosca;
¿no es eso existir siempre? ¿y por qué quieres que se
me recompense por virtudes de las cuales no he
hecho mérito, o castigado por crímenes que no he
podido evitar? ¿Puedes conciliar la bondad de tu
pretendido dios con este sistema: puede él haber
querido crearme sólo para darse el gusto de
castigarme, y ello únicamente a causa de
una elección en la que no me
deja alternativa?

(…) La Razón, sí, amigo mío, sólo la razón
debe advertirnos que dañar a nuestros semejantes
nunca puede hacernos dichosos; y nuestro
corazón indicarnos que contribuir a la felicidad
ajena es el más grande goce que la naturaleza
nos haya acordado sobre la tierra

Toda la moral humana está contenida en esta
frase: hacer tan felices a los demás como
uno mismo desearía serlo, y nunca causarles
más daño del que uno mismo quisiera recibir

He aquí, amigo mío, he aquí los únicos principios
que debemos seguir, y no hay necesidad ni de
religión ni de Dios para apreciarlos y admitirlos,
sólo hace falta un buen corazón

Pero siento que desfallezco; predicante, abandona
tus prejuicios, sé hombre, sé humano, sin temor
y sin esperanza; deja de lado tus dioses y tus
religiones; todo esto no sirve más que para
poner el hierro en la mano de los hombres,
y la sola mención de todos estos errores ha hecho
verter más sangre sobre la tierra, que todas
las otras guerras y flagelos juntos

Renuncia a la
idea de otro mundo, no lo hay, pero no
renuncies al placer de ser feliz en éste
y de hacer felices a los demás

Es la única posibilidad que la naturaleza
te ofrece de duplicar tu existencia o de extenderla

Para quienes tienen una destacada actuación
en la filosofía; aquí encontrarán un material
de primer orden para una reflexión profunda
y cuyos alcances son inigualables

Que en la contraportada los editores escriben:

“La otra obra incluida en este volumen,
DIÁLOGO ENTRE UN SACERDOTE Y UN MORIBUNDO;
una pequeña pieza escrita por el marqués
en 1782 que no fue publicada hasta 1926”

“Se trata de un tenso dialogo entre un sacerdote
que le pide a un moribundo que le pide a un
moribundo que se arrepienta de sus pecados”

“El moribundo, débil y agonizante, se niega a
retractarse y a olvidarse de aquello que para él
son recuerdos de su vida y su andar por el mundo”


FICHA TÉCNICA:


1 Libro
11.5 por 17.3 por 2 cm
Pasta blanda en color plastificado
ISBN 978-607-14-2504-1
Autor Donatien Alphonse Francois Marques de Sade
Editor Mirlo Pocket



NOVEDAD

DISTRIBUIDOR A B C EDICIONES



Si es de su agrado está espléndida obra:

DIÁLOGO ENTRE UN MORIBUNDO Y UN SACERDOTE
1 Libro Autor Marqués de Sade (Donatien Alphonse François de Sade) Editor Mirlo Pocket

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ALFONSO MONÁRREZ RÍOS

Agradecemos a Google la oportunidad de publicar Gracias





DIÁLOGO ENTRE UN MORIBUNDO
Y UN SACERDOTE

1 Libro Autor Marqués de Sade
(Donatien Alphonse François de Sade)
Editor Mirlo Pocket






Quedo a sus órdenes; gracias

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