LA ENCRUCIJADA MUNDIAL
Un manual del mañana
1 Libro Autor Pedro Baños Bajo
Editorial Ariel
PRIMERA EDICIÓN 2022
LIBRO POR ENCARGO
Si en sus anteriores libros Pedro Baños
ofrecía un lúcido análisis de las relaciones de poder, esta nueva obra: LA ENCRUCIJADA MUNDIAL;
no solo describe con detalle las excepcionales
circunstancias que se están dando en el presente y las que padeceremos en el
futuro inmediato en nuestro mundo hiperconectado, sino que va mucho más allá y
propone soluciones que sirvan a todas las personas, en cualquier país,
convirtiéndose en un manual práctico imprescindible
Las fórmulas del siglo pasado ya no son
válidas. Hemos entrado de lleno en la era digital, una verdadera revolución
industrial, económica y social cuyos efectos apenas empezamos a vislumbrar. Un
mundo regido por la inteligencia artificial, con ordenadores cuánticos,
sorprendentes avances en biotecnología y neurociencia, y en el que hasta los
objetos más cotidianos estarán conectados a internet
Habrá empleos novedosos, pero insuficientes.
La población, cada vez más envejecida, ocupará ciudades abarrotadas en las que
la soledad será la norma. Todo ello aderezado con una sociedad cada vez más
polarizada, mientras sufrimos las consecuencias de un calentamiento global que
parece imparable. Sin olvidar los movimientos migratorios masivos. Se
recrudecerá la lucha entre las grandes potencias por controlar esta nueva
realidad y los escasos recursos naturales. Por tanto, hay que trazar
estrategias imaginativas y eficientes que satisfagan las necesidades y
aspiraciones de las poblaciones, y especialmente de la juventud
He aquí el enorme reto de este libro. El
tiempo apremia, los problemas son urgentes y la incertidumbre máxima. El mañana
ya está aquí, y el manual para superar la encrucijada mundial lo tienes en tus
manos
NOTAS DEL AUTOR:
No puedo enseñar
nada a nadie, solo les puedo hacer pensar
Sócrates
¿Por qué escribe
un militar como yo un libro como este?
Desde los inicios
de mi infancia castrense, allá por 1980, en la Academia General Militar me
inculcaron que la principal misión de un profesional de la milicia es servir a
los ciudadanos, a los compatriotas, a la sociedad en general
Esta permanente
vocación de servicio fue la que
me guió durante la elaboración de mis libros
anteriores
Y ahora ha
seguido siendo mi faro, como un acto de entrega y dedicación a mis
conciudadanos, a la hora de escribir esta nueva obra: LA
ENCRUCIJADA MUNDIAL
Por otro lado,
desde que, con 24 años, ya siendo teniente, se me entregó la responsabilidad de
dirigir personas en las diversas unidades en las que estuve destinado, tuve la
afortunada ocasión de entrar en contacto directo con la realidad social. Los
soldados que nutrían las filas procedían de todos los sectores de la sociedad,
como era propio en un sistema de reclutamiento forzoso
Esto me permitió
conocer y valorar diversas formas
de entender la vida, cada una con su
problemática particular
Desde entonces,
gracias tanto al dinamismo propio de la vida militar como a mis inquietudes
personales, además de mis vicisitudes profesionales en los últimos años
—repletos de clases, conferencias, reuniones y otras actividades sociales—, he
seguido teniendo la posibilidad de estar en contacto con todos los ámbitos, de
escuchar las reivindicaciones de cada persona y grupo
Reclamaciones y
exigencias legítimas, pero muchas veces
silenciosas o constreñidas a la familia
o a pequeños círculos
Este conocimiento
del malestar social, de las quejas de la gente, de las tuyas también, me ha
atraído siempre tanto como me ha inquietado. Detectar los problemas,
aspiraciones y frustraciones de la sociedad es relativamente sencillo: basta
con tener la mente abierta y practicar la escucha activa. Lo complejo es
aportar soluciones, que siempre serán parciales y nunca al gusto de todos
Así, en no pocas
ocasiones me han llegado comentarios críticos (siempre bienvenidos, pues nos
hacen crecer y mejorar) respecto a que en mis libros detallo los problemas
sociales, políticos, económicos y geopolíticos, pero no aporto las soluciones
precisas para superarlos y evitarlos en el futuro. Humildemente creo que algo
sí he aportado en este sentido, pero reconozco que quizá no tanto como a muchos
lectores les hubiera gustado. Como he apuntado antes, ofrecer soluciones es
infinitamente más complejo que dibujar y exponer los problemas que nos rodean
Por ello, y dadas
las excepcionales circunstancias que estamos viviendo, y las que
previsiblemente vamos a vivir y padecer en el futuro inmediato, parece llegado
el momento de lanzarse a la aventura, casi suicida, de proponer soluciones que
permitan conseguir un mundo más justo, más seguro y más libre
Soluciones que
sirvan para cualquier persona, para todas las sociedades, para todos los países.
En este contexto hiperconectado, ya nada se puede hacer en solitario. Y,
además, deben ser soluciones de rápida aplicación. En la calle se vive un gran
descontento, una profunda desilusión y desencanto. Si las soluciones no llegan
cuanto antes, siempre dentro de los márgenes que nos hemos marcado como
sociedad, la democracia corre el riesgo nada desdeñable de desaparecer,
absorbida por otros sistemas políticos autoritarios que se muestren y se
publiciten como más eficaces y mejor capacitados para satisfacer las
necesidades universales y permanentes de las personas
Y este es el
enorme reto al que me enfrento aquí: proponer soluciones a los múltiples
problemas y dificultades actuales y a los que, previsiblemente, marcarán la
sociedad futura. El tiempo apremia y dar respuestas es más necesario que nunca,
por la aceleración de los acontecimientos, por los imparables avances
tecnológicos. No se puede esperar más, salvo que se desee caer en una revolución
—muy probablemente urbana e internacional— que no traerá nada bueno
He intentado
recoger la voz de la calle, siempre atento a los comentarios. He prestado
atención a lo que se refleja en las redes sociales, cada vez más importantes y
que también permiten tomar el pulso a la sociedad. He procurado abrir mi mente
al máximo, sin caer en prejuicios, escuchando a todo el mundo. Los problemas
son muchos y la incertidumbre, máxima
Soy consciente de
que me sumerjo en aguas turbulentas, en remolinos que me pueden arrastrar al
fondo con suma facilidad
Pero lo considero
un deber social, y como tal acepto los riesgos con agrado, consciente de los
peligros a los que me enfrento. He puesto toda mi energía en este proyecto,
pues los ciudadanos lo precisan, lo exigen y lo merecen
Estoy seguro de
que a muy pocos les agradará este libro en su totalidad. Cada persona lo leerá
e interpretará bajo el color de su propio cristal, de su ideología, de sus
sesgos cognitivos, de sus circunstancias personales. Los que se sientan más
perjudicados, los que crean que aludo a sus privilegios (de los que algunos han
disfrutado con descaro) o simplemente a su modo de subsistencia, lanzarán los
ataques más furibundos. Y si inician campañas de desprestigio, tanto contra la
obra en sí como contra su autor, estaremos preparados para ello
Me acusarán de
revolucionario, y estarán en lo cierto. Antes de que se avecine una revolución
generalizada y sangrienta, de que caigamos en las redes de flautistas de
Hamelín, de políticos sin escrúpulos o de sistemas autoritarios, es necesario
que quienes formamos la sociedad civil hagamos nuestra propia revolución, siempre
pacífica, pero alzando suficientemente la voz. Exijamos que nos devuelvan la
soberanía popular que nos han robado, que líderes de verdad y comprometidos con
la sociedad nos lleven por el camino prometido y que reivindicamos
No cabe duda de
que las soluciones actuales —los sistemas heredados del siglo XX— ya no son
válidas, y mucho menos las de épocas anteriores. Hemos entrado de lleno en la
era digital, una verdadera Revolución Industrial, económica y social cuyos
efectos apenas empezamos a vislumbrar. Un mundo saturado de robots, regido por
la inteligencia artificial (IA), con ordenadores cuánticos y milagrosos avances
en biotecnología, en el que hasta los objetos más cotidianos estarán conectados
al internet de las cosas, en el que una renovada carrera espacial será la
norma. Un escenario con trabajos diferentes, pero en cualquier caso insuficiente
para toda la población activa. Con problemáticas tan graves como el envejecimiento
demográfico y la concentración urbana desaforada, cuya principal característica
será una vida en soledad, o los movimientos migratorios masivos. Y todo ello
aderezado con un calentamiento global que parece imparable. Por no hablar de la
polarización de la población, tanto ideológica como económicamente. Mientras,
ya ha comenzado la lucha a muerte de las grandes potencias —especialmente entre
Estados Unidos y China— por controlar este nuevo mundo, la sociedad del futuro,
los escasos recursos estratégicos. Por tanto, hay que buscar fórmulas
imaginativas que satisfagan a la inmensa mayoría de la población, a toda si fuera
posible. Los retos son gigantescos, las propuestas deben serlo también
Por supuesto,
esta obra, como todo en la vida, es mejorable
Y se enriquecerá
con las aportaciones de los lectores y las críticas que se reciban. Pero el
mero hecho de que se debata sobre su contenido, de que se reformulen las
propuestas que se hacen en ella, bastará para que haya merecido la pena
escribirlo, para que no importe sufrir las embestidas. Si finalmente puedo
ofrecer una mínima mejora para el conjunto de la sociedad, si los más
necesitados alcanzan alguna ventaja, si los jóvenes logran un futuro algo más
halagüeño, si la ciudadanía recupera de algún modo la alegría ilusionada en el
porvenir, los esfuerzos y los sinsabores quedarán más que recompensados. Habré
cumplido con la misión autoimpuesta de realizar otro servicio a la sociedad.
Seguramente el más difícil de mi vida. Pero habrá merecido la pena
FICHA TÉCNICA:
1 Libro
608 Páginas
Pasta delgada en
color plastificada
Primera edición
2022
ISBN
9788434435834
Autor Pedro Baños
Bajo
Editor Planeta
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alfonsomonarrez@gmail.com
Celular:
6671-9857-65
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a Google por publicarnos
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