DIÁLOGO ENTRE UN MORIBUNDO
Y UN SACERDOTE
1 Libro Autor Marqués de Sade
(Donatien Alphonse François de
Sade)
Editor Mirlo Pocket
Al borde de la
muerte el personaje principal
–el moribundo-;
quien muy débil y postrado
ya agonizante a
preguntas del sacerdote, este
lo invita al arrepentimiento
por sus actos y que
acercándose a
Dios será absuelto
de su vida
pecaminosa
Este es un tema
principal y en verdad que el autor
hace un trabajo
insuperable y que vio a luz en
1926 y no en 1782
que fue la fecha
de culminación de
este escrito
Lo anterior no es
raro porque sus obras
fueron negadas en
su momento por quien
tocaba en dirigir
los destinos de una
Francia muy
convulsa y confusa
Donatien Alphonse
François de Sade, más conocido
como Marqués de
Sade o El divino marqués (1740-1814),
es el escritor
maldito por antonomasia, maldito para
quien a sus interés
le endilgaba ese apelativo o etiqueta
Criado en familia
de la aristocracia bajo
la tutela de un
tío, el abate
de Sade, erudito imanado
de la corriente
volteriana
En múltiples ocasiones
y bajo diversos tipos
de gobierno, llámese
monarquía, la república
y del imperio,
que sumados todos serían alrededor
de 29 años en
prisión, que fue
prohibida en el
siglo XIX
Varios consideran
a Sade como
un revolucionario
y un anarquista
Sus textos
morales y políticos han hecho
de él un apóstol
de la libertad y la Revolución
En sus escritos
combina los relatos pornográficos
con la exposición
de un sistema filosófico
materialista y
ateo
A CONTINUACIÓN UNA
CORTISIMA MUESTRA
PARA EJEMPLO
DE LA OBRA EN CUESTIÓN
Diálogo entre un
moribundo
y un sacerdote
Brillante
disertación entre un moribundo
y un sacerdote y
que en un principio se refiere
el libre albedrío
otorgado a los humanos
y el moribundo
dice:
MORIBUNDO
¿Para qué? Si ya
sabía el rumbo que el
hombre tomaría,
¿por qué no lo indujo a seguir
el buen camino,
puesto que sólo dependía
de él? ¿No dices
acaso, que es todopoderoso?
SACERDOTE
¿Quién puede
comprender los designios inmensos
e infinitos de
Dios sobre el hombre, y quién puede
comprender todo
lo que vemos?
MORIBUNDO
Aquél que
simplifica las cosas, amigo, sobre todo
aquél que no
multiplica las causas para
no oscurecer aún
más los efectos
¿Qué necesidad tienes
de una segunda dificultad
cuando no puedes
comprender la primera?
Y ya que es
posible que la naturaleza por sí
sola haya hecho
lo que atribuyes a tu dios,
¿por qué quieres
adjudicarle un amo?
La causa de lo
que no comprendes es, quizás,
la cosa más
simple del mundo
Perfecciona tu física
y comprenderás mejor
la naturaleza;
depura tu razón, desecha tus
prejuicios, y ya no
tendrás necesidad de tu dios
SACERDOTE
¿Quién puede
comprender los designios inmensos
e infinitos de
Dios sobre el hombre, y quién
puede comprender
todo lo que vemos?
MORIBUNDO
Aquél que
simplifica las cosas, amigo,
sobre todo aquél
que no multiplica las causas
para no oscurecer
aún más los efectos
¿Qué necesidad
tienes de una segunda dificultad
cuando no puedes
comprender la primera?
Y ya que es
posible que la naturaleza por
sí sola haya
hecho lo que atribuyes a tu Dios,
¿por qué quieres
adjudicarte un amo?
La causa de lo
que no comprendes es, quizás,
la cosa más
simple del mundo
Perfecciona tu
física y comprenderás mejor
la naturaleza:
depura tu razón, desecha tus prejuicios,
y ya no tendrás
necesidad de tu Dios.
(…)
SACERDOTE
Entonces, ¿no
tienes la más mínima creencia en Dios?
MORIBUNDO
No. Y ello por
una razón bien simple: que es
perfectamente
imposible creer lo que no se comprende
Entre la comprensión
y la fe deben existir vínculos
estrechos, la
comprensión es el primer alimento
de la fe: donde
no hay comprensión,
la fe está muerta
Y los que en ese
caso pretendieron poseerla,
se engañan
No te creo capaz
de creer
en el Dios que
predicas, porque no sabrías
demostrármelo,
porque no está en ti
definírmelo, y en
consecuencia no lo comprendes
Y como no lo
comprendes no puedes proporcionarme
ningún argumento
razonable en su favor
En una palabra,
todo lo que está por encima
de los límites
del espíritu humano es o
quimera o
inutilidad; y no pudiendo ser tu
dios sino una u
otra de estas cosas, en el primero
de los casos
sería yo un loco de creer en él,
un imbécil en el
segundo.
(…) En
consecuencia, no me has prestado ningún
servicio con la
edificación de tu quimera,
has turbado mi
espíritu, pero no me has
aclarado nada, y,
en lugar de reconocimiento,
sólo te debo
rencor
Tu Dios es una
máquina que has fabricado
para servir a tus
pasiones, y la haces funcionar a voluntad
Pero desde el
momento en que esa máquina perturba
mis pasiones,
debes encontrar normal que la haya derribado
Y justamente
cuando mi alma débil tiene necesidad
de calma y de
filosofía, no vengas a espantarla
con tus sofismas,
que la asustarían sin convencerla
y la irritarían
sin mejorarla. Amigo mío, mi alma
es lo que ha
querido la naturaleza que sea, es decir,
el producto de
órganos que ella se ha complacido
en brindarme,
conforme a sus designios y
necesidades: y
como tiene idéntica necesidad
de vicios y
virtudes, cuando ha deseado llevarme
hacia los
primeros, lo he hecho, cuando ha querido las
segundas, me ha
inspirado los deseos consiguientes,
y me he entregado
a ellas sin reparos
En esas leyes de
la naturaleza, que responden
sólo a sus deseos
y a sus necesidades,
debes buscar la
causa única de la
inconsecuencia
humana.
(…)
SACERDOTE
Conforme a esto,
me parece superfluo hablarte de religión.
MORIBUNDO
¿Por qué no? Nada
me divierte tanto como
el exceso a que
los hombres han podido llegar
en materia de
religión; el fanatismo y la imbecilidad
son extravíos tan
prodigiosos que su espectáculo,
desde mi punto de
vista, pese a ser horroroso
es siempre
interesante. Responde ahora con
franqueza y sobre
todo desecha tu egoísmo
Si fuera yo lo
suficientemente débil como para
dejarme sorprender
por tus ridículos sistemas
sobre la
existencia fabulosa del ser que hace
necesaria la
religión, ¿bajo qué forma me
aconsejarías que
le rindiera culto?
¿Preferirías que
adoptase los ensueños de Confucio
antes que las
extravagancias de Brahma?
¿Debo adorar a la
gran serpiente de los negros,
al astro de los
peruanos o el Dios de los ejércitos de
Moisés? ¿A cuál
de las sectas de Mahoma quisieras
que me
convirtiese? ¿O cuál de las herejías
cristianas sería
preferible para ti?
(…)
SACERDOTE
Pero a pesar de
todo, tienes que admitir
alguna cosa
después de esta vida; es imposible
que tu espíritu
no haya intentado alguna
vez atravesar las
tinieblas del destino que
nos aguarda. ¿Y
qué sistema puede haberlo
satisfecho mejor
que aquél que reserva una multitud
de penas para el
que vive en el mal y una recompensa
eterna para el
que vive en el bien?
MORIBUNDO
¿Cuál sistema?
Pues el de la nada, amigo mío
Jamás me ha
asustado, y no veo nada más consolador y simple
Todos los otros
son obra del orgullo, éste sólo lo es de la razón
De todas maneras,
esa nada no es espantosa ni absoluta
¿No tengo acaso
bajo los ojos el ejemplo de las
perpetuas
generaciones y regeneraciones de la naturaleza?
Nada perece,
amigo mío, nada se destruye en el mundo;
hoy hombre,
mañana gusano, pasado mañana mosca;
¿no es eso
existir siempre? ¿y por qué quieres que se
me recompense por
virtudes de las cuales no he
hecho mérito, o
castigado por crímenes que no he
podido evitar?
¿Puedes conciliar la bondad de tu
pretendido dios
con este sistema: puede él haber
querido crearme
sólo para darse el gusto de
castigarme, y
ello únicamente a causa de
una elección en
la que no me
deja alternativa?
(…) La Razón, sí,
amigo mío, sólo la razón
debe advertirnos
que dañar a nuestros semejantes
nunca puede hacernos
dichosos; y nuestro
corazón
indicarnos que contribuir a la felicidad
ajena es el más
grande goce que la naturaleza
nos haya acordado
sobre la tierra
Toda la moral
humana está contenida en esta
frase: hacer tan
felices a los demás como
uno mismo desearía
serlo, y nunca causarles
más daño del que
uno mismo quisiera recibir
He aquí, amigo
mío, he aquí los únicos principios
que debemos
seguir, y no hay necesidad ni de
religión ni de
Dios para apreciarlos y admitirlos,
sólo hace falta
un buen corazón
Pero siento que
desfallezco; predicante, abandona
tus prejuicios,
sé hombre, sé humano, sin temor
y sin esperanza;
deja de lado tus dioses y tus
religiones; todo
esto no sirve más que para
poner el hierro
en la mano de los hombres,
y la sola mención
de todos estos errores ha hecho
verter más sangre
sobre la tierra, que todas
las otras guerras
y flagelos juntos
Renuncia a la
idea de otro
mundo, no lo hay, pero no
renuncies al
placer de ser feliz en éste
y de hacer
felices a los demás
Es la única posibilidad
que la naturaleza
te ofrece de
duplicar tu existencia o de extenderla
Para quienes
tienen una destacada actuación
en la filosofía;
aquí encontrarán un material
de primer orden
para una reflexión profunda
y cuyos alcances
son inigualables
Que en la contraportada los editores escriben:
“La otra obra
incluida en este volumen,
DIÁLOGO
ENTRE UN SACERDOTE Y UN MORIBUNDO;
una pequeña pieza
escrita por el marqués
en 1782 que no
fue publicada hasta 1926”
“Se trata de un
tenso dialogo entre un sacerdote
que le pide a un
moribundo que le pide a un
moribundo que se
arrepienta de sus pecados”
“El moribundo,
débil y agonizante, se niega a
retractarse y a
olvidarse de aquello que para él
son recuerdos de
su vida y su andar por el mundo”
FICHA TÉCNICA:
1 Libro
11.5 por 17.3 por
2 cm
Pasta blanda en
color plastificado
ISBN
978-607-14-2504-1
Autor Donatien
Alphonse Francois Marques de Sade
Editor Mirlo
Pocket
NOVEDAD
DISTRIBUIDOR
A B C EDICIONES
Si es de su
agrado está espléndida obra:
DIÁLOGO ENTRE UN MORIBUNDO Y UN SACERDOTE
1 Libro Autor Marqués de Sade (Donatien
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representantes dentro; o, fuera de nuestro País
ALFONSO MONÁRREZ
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DIÁLOGO ENTRE UN MORIBUNDO
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