LOS ESPEJISMOS DE LA CERTEZA
1 Libro Autor Siri Hustvedt
Editor Six Barral
PRIMERA EDICIÓN
LIBRO POR ENCARGO
REFLEXIONES SOBRE LA RELACIÓN ENTRE EL CUERPO Y LA MENTE
¿QUÉ ES NUESTRA MENTE Y CÓMO SE RELACIONA CON NUESTRO CUERPO?
Como novelista y
académica, Siri Hustvedt siempre ha creído que ciencia y filosofía deben ir de
la mano para ofrecernos respuestas sobre quiénes somos y cómo nos relacionamos
con el mundo
En este nuevo
ensayo dirige su ojo crítico a un viejo dilema que ha preocupado a la humanidad
desde el origen de los tiempos: cómo funciona la
mente y cómo se relaciona con nuestro cuerpo
Lejos de ser una
cuestión ya resuelta, a menudo, las ideas y los preconceptos que tenemos sobre
ambos han distorsionado y confundido el pensamiento contemporáneo
A partir de
disciplinas tan variadas como la neurociencia, la psiquiatría, la genética, la
inteligencia artificial y la psicología evolutiva, este libro: los espejismos de la certeza, es un ensayo fascinante
en el que Hustvedt ofrece un recorrido por los hallazgos científicos y las
corrientes filosóficas que han marcado más de dos mil años de historia de la
humanidad para llevarlos al límite, invitándonos, en el camino, a cuestionarnos
lo que creemos saber de nosotros mismos
ENTRANDO Y SALIENDO
A pesar de las
predicciones entusiastas de que las innovaciones tecnológicas abrirán paso a
los úteros artificiales y a la vida eterna, sigue siendo cierto que todos los
seres humanos nacemos del cuerpo de nuestra madre y morimos
Nadie escoge nacer, y aunque algunas personas deciden morir,
muchas preferimos no hacerlo
Los principios y
los finales, la vida y la muerte, no son conceptos simples
Determinar cuándo empieza la –vida- es desde hace mucho una cuestión
filosófica, así como el objeto
de un debate político enardecido
También hay confusión acerca de qué define la –muerte-, aunque,
en cuanto un cadáver empieza a
pudrirse, se desvanecen todas las dudas
Todos los
mamíferos se originan en un espacio materno
Aun así, este
hecho evidente, que un feto, algo que hemos sido todas las personas, se
encuentre conectado físicamente a su madre y no pueda sobrevivir sin ella, ha
desempeñado un papel relativamente pequeño en la corriente dominante del
pensamiento filosófico y científico en torno a qué somos los seres humanos
Se han escrito
innumerables libros sobre por qué y cómo surgió en la historia de Occidente la
idea del hombre autónomo, independiente y libre que forja su propio destino
Muchos de ellos
tratan de cómo las ideas históricas moldearon la conciencia de poblaciones
enteras y se quedaron ya entre nosotros, y de si el ideal humanista, que en
general se considera que empezó con el Renacimiento (llamado así, por supuesto,
con posterioridad) y culminó en la Ilustración, es bueno, malo o ambas cosas
En general, estos
libros tienen poco o ningún interés para la biología. Aunque dan por supuesto
que las realidades biológicas existen — ¿cómo podría influenciar a alguien una
idea sin una mente y un cuerpo que la reciban?—, a menudo omiten la complejidad
material de los seres vivos
Sin embargo, la
biología también se basa en conceptos, en los conceptos de la vida y la muerte,
el principio y el fin, y los límites de una criatura
Uno de esos
límites es la piel que cubre a un ser humano, que está compuesto de miles de
millones de células
Una bacteria, en
cambio, es un organismo microscópico y por lo general unicelular que consume
nutrientes, se multiplica y se convierte en una colonia con su propia
morfología (forma y estructura) y movimiento
La ciencia se
encarga de crear buenos modelos y de trazar límites que dividen la naturaleza
en fragmentos comprensibles que se pueden clasificar, nombrar y probar
A veces, las
clasificaciones y los nombres pierden relevancia, y los científicos adoptan un
modelo con nombres nuevos que se adaptan mejor a sus necesidades
Sin embargo, es
esencial distinguir unas cosas de otras
A veces es
difícil aislar algo
A veces sus
límites no son evidentes
Es interesante,
en este contexto, descubrir que los científicos saben poco de la placenta, que
en los últimos años se ha descrito como poco conocida, infravalorada e incluso
como -el órgano neuroendocrino perdido-
Lógicamente,
cuando a una persona, cosa u órgano del cuerpo se le da el estatus de -injustamente
ignorado-, suele servir de reclamo para alertarnos de que los tiempos han
cambiado
La placenta es un
órgano limítrofe entre la madre y el feto
Es una estructura
compuesta que a veces se describe como
un órgano –feto
maternal- porque se desarrolla
a partir de los
tejidos de la madre y del embrión
Ocupa un espacio
intermedio dentro del espacio materno
La placenta
suministra nutrientes y oxígeno al feto, elimina sus residuos, le proporciona
protección inmunológica, produce la hormona progesterona y tiene dos sistemas
circulatorios sanguíneos, uno para la madre y otro para el feto
Por sus múltiples
funciones, un embriólogo se refirió
a ella como -el
tercer cerebro- en gestación
El intestino
humano, o el sistema nervioso entérico —estómago, esófago, intestino delgado y
colon—, se han ganado el sobrenombre de -el segundo cerebro-; hoy día parece que
está de moda que aparezcan cerebros en distintas partes del cuerpo
La placenta sólo
se desarrolla en las mujeres, concretamente
en las
embarazadas, y es un órgano transitorio
Cuando finaliza
su cometido, al nacer la criatura,
es expulsada del
cuerpo de la mujer
De ahí que en
inglés también se la conozca
con el término de
afterbirth, -después del parto-
Desde la revolución
científica, el lema -divide y vencerás- se ha ofrecido como un camino hacia la
comprensión, pero ésta depende en gran medida de las divisiones que se hagan
Una vez, en la
facultad de medicina, asistí a una charla titulada «Physiology of Normal Labor
and Delivery» (La fisiología del preparto y el parto normales) en la que escuché
una frase que me intrigó: -Los pasos mecánicos que da el bebé pueden dividirse
arbitrariamente y, desde el punto de vista clínico, suelen fragmentarse en seis
u ocho para facilitar el debate. Sin embargo, hay que entender que estas
distinciones arbitrarias se dan en un continuo natural-
El médico nos
dice, aunque torpemente, que lo que da el bebé en el preparto y el parto son -pasos
mecánicos-, pero luego se carga su propia declaración al afirmar que esos
mismos pasos pueden dividirse en otros arbitrarios
Si los pasos
mecánicos son arbitrarios y en realidad no reflejan el continuo natural, que,
como continuo, se resiste al concepto mismo de –paso-, entonces no es correcto
empezar la frase con las palabras -pasos mecánicos-
Los –pasos- son
un término de conveniencia que se emplea
para dividir un
proceso indivisible, a fin de que
pueda hablarse
con más facilidad de él
No es difícil que
una persona se pierda ante la mala prosa
No obstante,
tengo la impresión de que el lenguaje del autor revela no sólo su ambivalencia
sobre cómo fijar límites entre una cosa o –paso- y otra, sino también su deseo
de asegurarse de que sus estudiantes de medicina advierten la diferencia entre
las categorías utilizadas en la medicina y los procesos dinámicos a los que se
refieren, en este caso, el preparto y el parto
El lenguaje es
importante y engendra continuamente metáforas
Por ejemplo,
¿cómo se explica que una placenta sea un tercer cerebro?
Samuel Yen, el
acuñador del término, presentó la placenta como un complejo mediador entre el
cerebro de la madre y el cerebro fetal inmaduro, un cerebro intermediario de
vida corta con facultades sorprendentemente sofisticadas para regular el
entorno fetal
En el lenguaje
que se utiliza para describir lo que hace la placenta, hay palabras que se
refieren a -el primer cerebro-, así como a otros sistemas corporales: -mensajes-,
-señales-, -comunicación- e –información-
No es descabellado
preguntar qué papel desempeña
la idea de -la
mente- en toda esta señalización sistémica
Aunque resulta
extraño ver en la placenta algún parecido con una mente, no lo es tanto pensar
en ella como una especie de cerebro, otro órgano físico intrincado y
complejísimo que sigue siendo muy poco conocido
Cuando el cerebro
de una persona deja de funcionar,
¿no se va la
mente con él aunque el corazón
bombee y los
pulmones trabajen?
¿Está muerta? ¿O
es necesario detener toda clase de –comunicación-, todo movimiento biológico,
para que una persona esté realmente muerta y empiece a descomponerse?
¿Qué importancia
tiene para la mente, si es que tiene alguna,
el hecho de que
los mamíferos se gesten dentro de otro cuerpo?
¿Qué tiene que
ver esta realidad biológica con
cómo se
desarrolla un mamífero con el tiempo?
Nacemos de
alguien, pero no morimos de dos en dos
Morimos solos,
aunque a veces un cónyuge,
un compañero o un
amigo sigue rápidamente
a su ser querido
a la tumba
La expresión para
referirse a este fenómeno es -morir de pena-
Los seres humanos
dejamos a nuestra madre
para salir al
mundo, y abandonamos este mismo
mundo cuando
nuestro cuerpo de una manera u otra se apaga
¿Se puede afirmar
que una mente y la conciencia
que la acompaña
comienzan al nacer y terminan en la muerte?
¿Dónde se
encuentra exactamente la mente en el cuerpo?
¿Es el cerebro el
único órgano que piensa o hay otros que de algún modo también lo hacen?
¿Qué es pensar?
¿Por qué algunos
científicos contemporáneos están convencidos de que a través de las mentes
artificiales se puede vencer a la muerte, no en un paraíso celestial, sino aquí
en la tierra?
Viejos
interrogantes sin una respuesta fácil que me transportan al siglo XVII y a algunos
de sus filósofos famosos y no tan famosos que se esforzaron por averiguar qué
es nuestra mente y cómo está relacionada con nuestro cuerpo
LAS BATAS, LOS TRIÁNGULOS, LAS
MÁQUINAS, LA
MENTE EN LA MATERIA Y LOS GIGANTES
Desde la primera
vez que leí las Meditaciones de René Descartes, hace casi cuarenta años,
conservo la siguiente visión del filósofo: recostado en una butaca mullida, con
una bata de brocado de terciopelo y un gorro de dormir, zapatillas y unas gafas
sobre la nariz, que podría o no haber llevado, aunque el hecho de que realizara
descubrimientos en óptica sea tal vez lo que explique su presencia en mi imagen
mental
No aparece ante
mí como una persona de carne y hueso,
sino como un
dibujo de los que haría Phiz,
el ilustrador de
Dickens, dos siglos después
Esta imagen de
Descartes es una caricatura, y acude
a mi mente cuando
pienso en la duda radical
En su -Primera meditación- (1641), el
filósofo se
pregunta si hay algo que pueda saberse
con certeza
Desde luego, no
puede dudar de que -estoy aquí,
sentado junto al
fuego, con una bata de invierno
y este papel en
las manos-, escribe.
Sin embargo, no
está nada seguro de estar junto al fuego
¿Acaso no había
tenido sueños parecidos, se pregunta,
en los que se
veía sentado junto al fuego
envuelto en su
bata y se creía que era la realidad?
Como Platón antes
que él, Descartes desconfiaba del
conocimiento que
le llegaba a través de los sentidos.
Después de
adoptar una posición de duda absoluta respecto a su propia existencia y todo lo
que hay en el mundo que lo rodea, el filósofo guía al lector a través de una
serie de argumentos con los que alcanza la certeza, verdades que han llegado a
él mediante un proceso de pensamiento puramente racional
La certeza de
Descartes también ha dejado en mi mente una imagen que viene del propio
filósofo: un triángulo, la misma figura geométrica con la que Platón solía preconizar
su teoría de las formas
Mi triángulo es
ingrávido y no se mueve, está suspendido en el aire
Sin duda es así
como me lo imaginé la primera vez que me encontré con el triángulo del
filósofo, que desempeña un papel en su argumento ontológico de la existencia de
Dios
«Cuando, por
ejemplo, me imagino un triángulo, aunque tal figura no exista en ninguna parte fuera
de mi pensamiento, posee una naturaleza, esencia o forma inmutable y eterna que
ni ha sido creada por mí ni depende de mi pensamiento-
Para Descartes,
las matemáticas, la lógica y la metafísica
son universales,
inmutables y, por lo tanto, incorpóreas
La mente, o el
alma, albergan ideas innatas
o a priori que no
son suyas
Podría decirse que,
para el filósofo del siglo XVII,
el razonamiento y
Dios van unidos
Las matemáticas
residen en un espacio trascendente
que no está
contaminado por el cuerpo mortal
y sensual, el que
usa batas y se calienta los pies junto al fuego
De mi catálogo
mental de imágenes recurrentes,
escojo el triángulo
cuando quiero evocar una imagen
de verdad
estática, atemporal e incorpórea
La idea de que en
el número está la verdad
es más antigua
que Descartes y Platón
En el siglo V a.
C., los pitagóricos ya enseñaban
que los números
rigen el universo.
La sensación y la
imaginación tienen un lugar en la filosofía de Descartes, pero sólo con la
ayuda de nuestra mente los actos de ver, sentir, tocar, degustar, oler, oír e imaginar
hacen que comprendamos las cosas
El cuerpo, con
sus recuerdos, fantasías y pasiones,
interactúa con la
mente, pero no están hechos de lo mismo
La separación psique
/ soma sigue siendo habitual en la cultura contemporánea
-Todo está en tu
mente- es la forma abreviada de decirle a un amigo que su problema es –psicológico-
o –mental-
Una fractura en
una pierna, por el contrario, es un problema –físico- que puede requerir
recolocarla y escayolarla. Pero ¿de qué están hechos los pensamientos? ¿Y de
dónde vienen si no es de nuestro cuerpo? Cuando era niña, los pensamientos
sobre pensamientos a veces me llegaban de forma repentina en los momentos en
que el mundo se volvía irreal para mí y yo misma me sentía también irreal. ¿Y
si no soy Siri? ¿Y si soy una persona que aparece en el sueño de otra persona?
¿Qué pasaría si el mundo fuera un mundo dentro de otro mundo dentro de otro
mundo? ¿Qué somos en realidad los seres humanos y cómo podemos averiguarlo?
¿Cómo es que podemos hablar con nosotros mismos dentro de nuestra cabeza? ¿Qué
son las palabras?
Para Descartes,
el principio cogito ergo sum (-pienso, luego existo-) sólo se refiere a los
seres humanos. Los animales no piensan. Son criaturas sin alma y, por lo tanto,
sólo están hechas de materia, son simples máquinas.
Según el
filósofo, toda la materia tiene una extensión
Los pensamientos
no
La materia ocupa
espacio y está hecha de –corpúsculos- diminutos, partículas esenciales
semejantes a los átomos, pero sin serlo
Como muchos
pensadores de su época, Descartes estuvo influenciado por el atomismo antiguo
de Epicuro y Demócrito, para quienes el mundo estaba compuesto de átomos,
cuerpos duros de materia que se movían en un vacío
Descartes tuvo
que distanciarse del atomismo antiguo porque en él no había cabida para el Dios
cristiano o un alma - mente eterna, y él no aceptaba la idea de un vacío
En una carta que dirigió al padre
Mersenne en 1630 describía sus corpúsculos: -Mas no es preciso imaginarlos como
átomos, ni como si tuviesen alguna dureza, sino como una sustancia
extremadamente fluida y sutil...-
A diferencia de
los antiguos átomos, los corpúsculos son blandos
Los átomos
permanecen entre nosotros de otra forma, pero es interesante que la imagen de
los átomos modernos también haya cambiado desde que yo iba al colegio y miraba
su maqueta con los neutrones y los electrones dando vueltas alrededor, la cual
me recordaba otra maqueta que también había estudiado: el sistema solar
Muchos pensadores
siguen aceptando el legado de Descartes
Las preguntas que
él planteó sobre de qué estamos hechos los seres humanos, nuestra relación con
el mundo, qué es innato en nosotros y qué adquirimos a través de la experiencia
sensorial y vivida, y si hay verdades inmutables y atemporales, continúan
acechando la cultura occidental
Casi todo el
mundo cree intuitivamente que
los pensamientos
existen aparte del cuerpo.
Una y otra vez,
en toda clase de escritos, tanto académicos
como
divulgativos, se distingue entre lo psicológico y lo fisiológico
Pero ¿son
diferentes o son lo mismo?
¿Cómo se
relaciona un pensamiento con las neuronas del cerebro?
¿La forma del
triángulo estaba ahí fuera,
en el universo,
esperando a ser descubierta?
Hoy día hay
personas que creen en la verdad del triángulo y defienden la idea de que la
lógica y las matemáticas trascienden la mente humana, y otras que no
TOMADO DEL LIBRO
INSCRITO EN LA TEMÁTICA
DE LAS CIENCIAS HUMANAS
Y SOCIALES; CEREBRRO MENTE
Y LENGUAJE,
DE LA COLECCIÓN LOS TRES
MUNDOS
¿QUIÉN ES LA AUTORA
SIRI HUSTVEDT?
Siri Hustvedt
nació en Minnesota en 1955. Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad
de Columbia, es una aclamada autora de novelas y ensayos: Leer para ti (1982);
Los ojos vendados (1992; Seix Barral, 2018), Premio de la Crítica Internacional
en el Festival de Cine de Berlín por su adaptación cinematográfica; El hechizo
de Lily Dahl (1996); En lontananza (1998); Todo cuanto amé (2003; Seix Barral,
2018), Premio de Libreros del Québec y Premio Femina Étranger, finalista del
Premio Llibreter y del Waterstones Literary Fiction Award; Una súplica para
Eros (2005); Los misterios del rectángulo (2005); Elegía para un americano
(2008; Seix Barral, 2019); La mujer temblorosa o la historia de mis nervios
(2009; Seix Barral, 2020); Ocho viajes con Simbad: palabra e imagen (2011); El
verano sin hombres (2011), finalista del Premio Femina Étranger; Vivir, pensar,
mirar (2012); El mundo deslumbrante (2014), Premio al mejor libro de ficción de
Los Angeles Times, finalista del Dublin Literary Award y seleccionada para el
Premio Booker, La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres (Seix
Barral, 2017) y Recuerdos del futuro (Seix Barral, 2019). Ha recibido el Premio
Princesa de Asturias de las Letras en 2019, el Gabarron International Award de
pensamiento y humanidades en 2012 y, en 2014, fue nombrada doctora honoris
causa por la Universidad de Oslo. Doctora y conferenciante sobre temas de
psiquiatría en la Facultad de Medicina Weill Cornell de Nueva York, colabora
regularmente en The New York Times y Psychology Today.
DE
LA MISMA AUTORA; HA ESCRITO LOS SIGUIENTES TÍTULOS:
La mujer
temblorosa o la historia de mis nervios
(Libros de
Psicología)
El verano sin
hombres
(Novela literaria)
Elegía para un
americano
(Novela literaria)
Recuerdos del
futuro
(Novela literaria)
Todo cuanto amé
Los ojos vendados
(Novela literaria)
La mujer que mira
a los hombres que miran a las mujeres
(Ciencias humanas
y sociales)
FICHA TÉCNICA:
1 Libro
400 Páginas
Pasta delgada en
color plastificado
Autor Aurora
Echevarría Pérez
Primera edición
2016
Traducción del
inglés por Aurora Echevarría
ISBN
9788432237898
Autor Siri
Hustvedt
Editor Seix
Barral
FAVOR DE PREGUNTAR
POR EXISTENCIAS EN:
Correo
electrónico:
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