SIN CONCIENCIA
EL INQUIETANTE MUNDO DE LOS
PSICÓPATAS QUE NOS RODEAN
1 Libro Autor Robert D. Hare
EDITOR PAIDÓS
Primera edición 2023
LIBRO POR ENCARGO
EN LA SINOPSIS ANOTAN LO
SIGUIENTE:
A
la mayoría de la gente le atraen y a la vez le repelen las imágenes de asesinos
fríos y sin conciencia que pueblan películas, programas de televisión y
titulares de prensa
Con
su flagrante violación de las normas sociales, los asesinos en serie se hallan
entre los ejemplos más espectaculares del universo de la psicopatía
Los
individuos que poseen este trastorno de la personalidad se dan cuenta de las
consecuencias de sus actos y conocen la diferencia entre el bien y el mal, pero
son personas carentes de remordimientos e incapaces de preocuparse por los
sentimientos de los demás
Quizá
lo más espeluznante sea que, muchas veces, para sus víctimas son sujetos completamente
normales
Tras
veinticinco años de investigación científica, el psicólogo Robert D. Hare nos
ofrece un retrato de esos seres y describe con todo detalle un mundo de
estafadores, violadores y demás criminales que engañan, mienten y manipulan
allá por donde pasan
¿Están
los psicópatas locos o son simplemente malvados?
¿Cómo
podemos reconocerlos?
¿Cómo
podemos protegernos de ellos?
En
SIN CONCIENCIA; encontramos las respuestas a estas y otras preguntas
mediante información contrastada e interpretaciones sumamente esclarecedoras
El
autor anota una reflexión de William March, The Bad Seed:
La
buena gente no suele sospechar de los demás; no pueden imaginarse al prójimo
haciendo cosas que ellos son incapaces de hacer, normalmente aceptan como
explicación lo menos extraordinario y ahí se acaba todo. Por otro lado, la
gente normal se inclina por ver al (psicópata) con un aspecto tan monstruoso
como su mente, pero no hay nada más lejos de la realidad
(…)
esos monstruos de la vida suelen tener un aspecto y un comportamiento más
corrientes que sus hermanos y hermanas normales; presentan una imagen virtuosa
más convincente que la virtud misma, de la misma manera que una rosa de cera o
un melocotón de plástico parecen más perfectos al ojo que el original que les
ha servido de modelo
NOTAS DEL AUTOR:
La
psicopatía es un trastorno de la personalidad que se define por una serie de
conductas y rasgos de la personalidad característicos, la mayoría de los cuales
son mal vistos por la sociedad. Por lo tanto, diagnosticar a un sujeto de
psicópata no es un asunto banal. Como cualquier trastorno de la personalidad,
el diagnostico se basa en la acumulación de evidencias. El sujeto debe
satisfacer los criterios mínimos que definen el trastorno. Los casos que
figuran en mis archivos fueron diagnosticados con sumo cuidado, después de
extensas entrevistas e informes. En este libro, los he disfrazado de manera que
nadie pueda identificarlos; lo importante y lo que permanece inalterado son los
hechos clínicos que intento describir
Aunque
el tema de este libro es la psicopatía, no todas las personas descritas en él
son psicópatas. Muchos de los ejemplos están tomados de reportajes y noticias
de la prensa, de historias que me han contado, y no puedo asegurar que esas
personas sean psicópatas, aunque algunas lleguen alguna vez a ser calificadas
de esa manera. En todos los casos, sin embargo, hay evidencia de que algunos
aspectos de la conducta de la persona concuerdan con el concepto de
<psicopatía> o ilustran un rasgo o una conducta típica de este trastorno
Estos
sujetos pueden ser o no ser psicópatas. Pero, de todas formas, su conducta nos
ayuda a descubrir los distintos rasgos y las conductas que definen la
psicopatía
El lector no debería
asumir que un sujeto es un psicópata simplemente por el hecho de que su
contexto sea similar al que se describe en este libro: SIN
CONCIENCIA
EN EL PRÓLOGO Y AGRADECIMIENTOS:
Los
psicópatas son depredadores que encandilan, manipulan y se abren camino en la
vida sin piedad, dejando una larga estela de corazones rotos, expectativas
arruinadas y billeteras vacías. Con una total carencia de conciencia y
sentimientos por los demás, toman lo que les apetece de la forma que les viene
en gana, sin respeto por las normas sociales y sin el menor rastro de
arrepentimiento o piedad. Son asombradas víctimas preguntan desesperadamente:
<<
¿Quiénes son esas personas?>>,
<<
¿Por qué son así?>>,
<<
¿Qué podemos hacer para protegernos de ellas? >>
Aunque
estas cuestiones y otras relacionadas han sido objeto de especulación clínica e
investigación empírica durante cien años –y de mi propio trabajo durante un
cuarto de siglo-, ha sido en las últimas dos décadas cuando el increíble
misterio de la psicopatía ha empezado a revelarse
Cuando
acepté escribir este libro sabía que sería difícil presentar datos y argumentos
científicos de manera que el público los entendiese
Me
hubiese sido más cómodo seguir en mi torre de marfil académica, al solaz de
esotéricas discusiones con mis colegas de investigación, escribiendo libros y
artículos técnicos. Sin embargo, en los últimos años hemos asistido a un
espectacular aumento de la divulgación de las manipulaciones y depredación de
los psicópatas. Los informativos muestran cada día más noticias sobre crimines
violentos, escándalos financieros y violaciones del deber público
Incontables
películas y libros nos cuentan historias sobre asesinos en serie, artistas de
la estafa y miembros del crimen organizado. Aunque algunos de estos retratos
corresponden a personalidades psicopáticas, muchos otros no, y los medios de
comunicación, la industria del espectáculo y el público no los distinguen
siempre
Incluso
aquellos miembros del sistema judicial –abogados, psiquiatras y psicólogos
forenses, trabajadores sociales, agentes de la libertad condicional, policías,
personal de correccionales- que trabajan a diario con psicópatas saben poco realmente
acerca del tipo de personas con las que tratan
Este
fracaso a la hora de distinguir entre delincuentes que además son psicópatas de
los que no lo son tiene terribles consecuencias para la sociedad, tal y como
demuestra este libro
En
un ámbito más personal, es probable que uno se tropiece dolorosamente con un
psicópata a lo largo de la vida. Por nuestro bienestar físico, psíquico y
financiero es crucial que sepamos identificar al psicópata, protegemos de él y
minimizar el daño que nos pueda hacer
La
mayoría de la bibliografía científica sobre psicopatías es técnica, abstracta y
difícil de seguir por aquellos que carecen de estudios sobre el tema. Mi objetivo
es traducir esa literatura y hacerla accesible, no solo al público general sino
a los miembros del sistema judicial y sanitario. He intentado no simplificar
demasiado y no repetir lo que ya se sabe. Espero que los lectores interesados
usen las notas a pie de página para llegar a un conocimiento más profundo del
tema
El
enfoque científico de este libro refleja mi formación en psicología experimental
y psicofisiológica cognitiva. Algunos lectores pueden criticarme por no haber
dado mucho espacio a los procesos psicodinámicos, tales como procesos y
conflictos inconscientes, mecanismos de defensa y demás
En
mi opinión, aunque en los últimos cincuenta años se han escrito muchos libros y
cientos de artículos sobre la psicodinámica de la psicopatía, no han avanzado
mucho en la comprensión de este trastorno
Esto
es debido, en gran medida, a que la mayoría de los informes psicodinámicos sobre
psicopatías son de tipo circular y no permiten el estudio empírico
Sin
embargo, recientemente, se han hecho esfuerzos por establecer una congruencia
entre la especulación psicodinámica sobre psicopatía y las teorías y
procedimientos de la ciencia de la conducta. Algunos de los resultados de ese
trabajo son interesantes y a ellos hemos hecho referencia en este libro
A
lo largo de los años he tenido la suerte de tropezarme con magníficos
asistentes y estudiantes de posgrado. Nuestra relación ha sido siempre de mutuo
beneficio: yo les guío y les proporciono un ambiente de aprendizaje y ellos me
dan ideas nuevas, chispa creativa y entusiasmo por la investigación,
ingredientes fundamentales para construir un laboratorio vibrante y productivo
Sus
contribuciones son evidentes si prestamos atención al número de publicaciones
que salen de mi laboratorio
Debo
dar las gracias especialmente a…
EN LA INTRODUCCIÓN:
EL PROBLEMA
Hace
varios años dos estudiantes de posgrado y yo entregamos un artículo a una
revista académica. El artículo describía un experimento en el que se había
usado un registro biomédico para controlar la actividad eléctrica del cerebro
de varios grupos de hombres adultos mientras llevaban a cabo tareas lingüísticas.
Registramos esta actividad en hojas de papel cuadriculado y recogimos una serie
de ondas, lo que se denomina en terminología médica un electroencefalograma
(EEG). El editor nos devolvió el artículo negándose a publicarlo. La razón,
según nos dijo, era: <Francamente, hemos encontrado que algunas de las
pautas de las ondas cerebrales descritas en este artículo son muy raras
Estos
EEG (Electroencefalograma) no pueden proceder de personas reales
Es
verdad que algunos de nuestros registros de ondas cerebrales eran extraños,
pero no los habíamos obtenido de alienígenas y, por supuesto, no nos los
habíamos inventado. Los obtuvimos de una clase de sujetos que se pueden
encontrar en toda raza, cultura, sociedad y estilo de vida
Todo
el mundo ha conocido a uno de ellos, ha sido engañado o manipulado por ellos,
se ha visto forzado a vivir con ellos a reparar el daño que han producido. Estos
sujetos, a menudo encantadores (aunque siempre de manera letal) tienen un
nombre clínico: psicópatas
Su
sello es una impresionante falta de conciencia; su juego es la
autogratificación a expensas de la otra persona. Muchos pasan algún tiempo en
la cárcel, pero muchos otros no. Todos toman más de lo que dan
Este
libro: SIN CONCIENCIA; ataca de frente el tema
de la psicopatía, lo trata tal y como es en realidad, un oscuro misterio con increíbles
implicaciones en la sociedad; un misterio que finalmente está empezando a
revelarse después de siglos de especulación y décadas de investigación empírica
Para
hacerse una idea de la magnitud del problema que tenemos delante, consideramos
el dato de que en estados Unidos hay al menos dos millones de psicópatas; en
Nueva York viven por lo menos cien mil. Y estas son estimaciones más bien
optimistas. Si pensamos que la psicopatía es un problema aislado, esotérico,
que afecta solo a un reducido grupo de personas, nos equivocamos. La psicopatía
nos toca prácticamente a todos
Consideramos
también que la prevalencia de la psicopatía en nuestra sociedad es la misma que
de la esquizofrenia, un trastorno devastador que provoca un malestar punzante
tanto al paciente como a su familia
Sin
embargo, el alcance del dolor personal y del malestar asociado con la esquizofrenia
es pequeño comparado con la carnicería asociada a los psicópatas. Estos tejen
una amplia red y prácticamente todo el mundo queda atrapado en ella de una
manera u otra
Las
expresiones más obvias de la psicopatía –pero de ninguna manera las únicas-
comprenden la violación flagrante de las normas sociales. No es sorprendente
que muchos psicópatas sean considerados oficialmente como criminales, pero
muchos otros se hallan fuera de las prisiones y usan su encanto y sus
habilidades camaleónicas para abrirse camino en la sociedad y dejar un rastro
de vidas arruinadas detrás de él
Juntas,
las piezas del rompecabezas forman la imagen de una persona autocentrada,
insensible, sin remordimientos y con una total carencia de empatía y capacidad
para entablar relaciones emocionales con los demás
Se
trata de una persona que funciona sin las restricciones que nos impone la
conciencia. Si piensa en ello, se dará cuenta de lo que falta en este perfil
son las cualidades que nos permiten vivir en armonía social
No
es un cuadro muy bonito, y algunos expresan sus dudas de que pueda existir
gente así. Para disipar esas dudas solo necesita considerar los más
espectaculares ejemplos de psicopatía que vemos en nuestra sociedad actual. Docenas
de libros, películas y programas de televisión y cientos de artículos y
titulares de periódicos nos cuentan la siguiente historia: los psicópatas están
en un gran porcentaje entre los perfiles que describen los medios de
comunicación –asesinos en serie, violadores, ladrones, timadores, maltratados,
criminales de cuello blanco, tiburones de la Bolsa, abogados perniciosos,
barones de la droga, jugadores profesionales, miembros del crimen organizado,
médicos a los que han retirado sus licencias, terroristas, líderes
espirituales, mercenarios y hombres de negocios sin escrúpulos
Lea
el periódico bajo este enfoque y las claves del problema prácticamente le
saltarán a los ojos. Más espectaculares son los asesinos a sangre fría que
repelen y fascinan a un tiempo. Vea esta pequeña muestra de cientos de casos
que se han llevado a la gran pantalla:
1.
John
Gacy, un contratista de des Plaines, Illinois, <Hombre del año> de la
Cámara de Comercio de esa ciudad, solía entretener a los niños de su vecindario
como <el payaso Pogo>; hasta tenía una foto junto a la esposa del
expresidente Carter, Rosalynn. En la década de 1970 asesino a treinta y dos
jóvenes y enterró los cuerpos debajo de su casa
2
Charles Sobhraj, un
ciudadano francés nacido en Saigón y descrito por su padre como un
<destructor<, se convirtió en estafador internacional, jugador,
traficante y asesino, y dejó tras de sí un rastro de billeteras vacías, mujeres
engañadas, turistas drogados y cuerpos sin vida por todo el sudeste de Asia en
la década de 1970
3
Jeffrey MacDonald, médico
con las Boinas Verdes, asesino a su mujer y a sus dos hijos en la década de
1970, y aseguró que los responsables de ello habían sido <drogadictos de
ácido>. U caso atrajo la atención de la opinión pública e inspiró la
redacción de un libro y la filmación de la película Fatal Visión
4
Gary Tison, un
asesino convicto, logró manipular magistralmente al sistema judicial usando a
sus tres hijos para que le ayudasen a escapar de la prisión de Arizona en 1978.
Su aventura como fugado dejó una cuenta de resultados macabra: seis personas
muertas
5
Kenneth Bianchi, uno
de los <estranguladores de la colina> que violó, torturó y asesinó a una
docena de mujeres en Los Ángeles en la década de 1970, entregó a su primo y
cómplice (Ángelo Buono) a la policía y engaño a algunos expertos haciéndolos creer
que tenía personalidad múltiple y que los crímenes los había cometido
<Steve>
6
Richard Ramírez, un
asesino en serie adorador de Satán, conocido como el <cazador nocturno>,
que se describía a sí mismo con orgullo como <diabólico>, fue declarado
culpable en 1987 de trece muertes y otros treinta delitos, entre los que
incluían el robo, la violación, la sodomía, la cópula oral y el intento de
asesinato
7.
Diane Downs, disparó
a sus hijos para atraer a un hombre al que no le gustaban los niños. Sin embargo,
se las arregló para aparecer ante los demás como la víctima del caso
8.
Ted Bunty, el
asesino en serie norteamericano por excelencia, fue el responsable del
asesinato de doce jóvenes a mediados de la década de 1970. En el juicio declaró
haber leído demasiada pornografía y que una <entidad maligna> había usurpado su
conciencia
Recientemente
fue ejecutado en el estado de Florida
9
Clifford Olson, un
asesino en serie canadiense, persuadido al gobierno para que le pagase 100,000
dólares a cambio de revelar dónde había enterrado a sus jóvenes víctimas. Olson
es del tipo de psicópata que hace todo lo que puede para ver su foto en los periódicos
10
Joe Hunt, un
experto manipulador que ideó a principios de la década de 1980 un fraudulento
sistema de inversiones para jóvenes (popularmente conocido como el Club de los
Chicos Billonarios) en los Ángeles, se especializó en timar a millonarios y
estuvo implicado en dos asesinatos
11
William Bradfield, profesor
de literatura clásica, fue declarado culpable del asesinato de una colega y sus
dos hijos
12
Ken McElroy, <robó,
violó, quemó, disparó y mutilo a ciudadanos de Skidmore, Missouri, sin
conciencia ni arrepentimiento> durante años, hasta que murió de un disparo
en 1981 ante la mirada de cuarenta y cinco personas
13
Colin Pitchfork, un
exhibicionista inglés, violador y asesino, fue el primero en ser declarado
culpable a partir de la evidencia del ADN
14
Kenneth Taylor, un
mujeriego dentista de Nueva Jersey, abandonó a su primer mujer, intentó
asesinar a su segunda esposa, propino un salvaje paliza a la tercera durante su
luna de miel en 1983 y la mato de una paliza al año siguiente. Más tarde
escondió el cuerpo en su coche y visitó a sus padres y a su segunda esposa para
declarar después que había matado a su mujer en defensa propia porque ella le
atacó a descubrir que había estado abusando sexualmente de su pequeño hijo
15.
Constantine Paspalakis y Deidre Hunt, grabaron la tortura y asesinato
de un joven. Ahora se encuentran a la espera de su propio final en el corredor
de la muerte
Los
sujetos de esta índole y los terribles crímenes que cometen atrapan, sin duda,
nuestra atención. Muchas veces comparten su macabro protagonismo con asesinos
que parecen tener serios problemas mentales: por ejemplo, Ed Gein, un asesino
psicótico que despellejaba y se comía a sus víctimas; Edmund Kemper, sádico
sexual y necrófilo, que mutilaba y desmembraba a su víctimas; David Berkowitz,
el <hijo de Sam>, que asaltaba a jóvenes parejas en aparcamientos de
coches, y Jeffrey Dahmer, el <monstruo de Milwaukee>, que fue declarado
culpable de torturar, asesinar y mutilar a quince hombres y niños, y que fue
sentenciado a quince cadenas perpetuas consecutivas. Aunque muchos de estos
asesinos a veces son declarados mentalmente sanos –como Kempér, Berkowtz y
Dahmer-, sus innombrables actos, sus grotescas fantasías sexuales y su
fascinación con el poder, la tortura y la muerte ponen a prueba cualquier
definición de salud mental
Los
asesinos psicopáticos, sin embargo, no están locos, según los cánones legales y
psiquiátricos. Sus actos no son el resultado de unas mentes trastornadas, sino
de una racionalidad calculadora combinada con una incapacidad escalofriante
para tratar a los demás como seres humanos pensantes y sensibles. Su conducta
incomprensiblemente amoral, dentro de una personalidad aparentemente normal,
nos asombra y atemoriza
Por
muy inquietantes que sean estos hechos, debemos esforzarnos por mantener cierta
perspectiva, debido a que la mayoría de los psicópatas se las arregla para no
asesinar a la gente. Si prestamos demasiada atención a los ejemplos más
brutales y llamativos, corremos demasiada atención a los ejemplos más brutales
y llamativos, corremos el riesgo de no ver el cuadro completo: los psicópatas
que no asesinan pero que están presentes en nuestras vidas. Es más probable que
un hábil timador nos robe nuestros ahorros que nos quite la vida un asesino de
ojos de tiburón
De
todas formas, los casos extremos son para nosotros de un valor considerable. Suelen
estar bien documentados, nos alertan del hecho de que tales gentes existen y de
que antes de que los atrapasen eran parientes, vecinos y compañeros de trabajo,
como lo son nosotros también. Estos ejemplos ilustran el factor fundamental
implicado en la psicopatía: una profunda incapacidad para preocuparse por el
dolor y el sufrimiento ajeno, es decir, una total falta de empatía, el
requisito previo para el amor
En
un intento desesperado por explicar esta carencia, examinamos la vida familiar
de estas personas, pero no encontramos mucha ayuda en ello. Es cierto que las
infancias de algunos psicópatas se caracterizaron por la carencia emocional y
material o los abusos físicos, pero por cada psicópata adulto con una infancia
penosa nos encontramos otra con un hogar aparentemente cálido, con hermanos
normales, capaces de amar y cuidar a los demás.
Más
aún, la mayoría de las personas que han tenido infancias terribles no se
convierten en psicópatas o asesinos. Aunque en otras áreas de desarrollo humano
sí sucede que las personas objeto de abusos y violencia se convierten en
adultos violentos y abusadores, no sucede así con la psicopatía. Existen explicaciones
más profundas, más aclaradoras de por qué nace la psicopatía. Este libro: SIN CONCIENCIA; es el resultado de más veinticinco
años de búsqueda de respuestas a esas preguntas
Una
gran parte de esta búsqueda ha consistido en desarrollar los medios necesarios
para identificar a los psicópatas que habitan a nuestro alrededor. Porque, si
no somos capaces de distinguirlos, estamos destinados a ser sus víctimas, como
individuos y como sociedad
Para
obtener un ejemplo muy común de lo que decimos pensamos en aquellos asesinos
convictos que, una vez en libertad condicional, no tardan en cometer un acto
delictivo de nuevo. Preguntan con incredulidad:
<
¿Por qué han dejado salir a tal persona? >
Su asombro se convertiría fácilmente en indignación si supiesen que, en muchos casos, el atacante era un psicópata cuyo violento comportamiento suele repetirse sin remisión y que la autoridad hubieran debido preverlo (incluido el comité de concesión de la libertad condicional). Espero que este libro ayude al público en general y a la justicia a comprender la naturaleza de la psicopatía, la magnitud del problema que supone y los pasos que hay que seguir para reducir su devastador impacto en nuestras vidas
ÍNDICE:
Nota
del autor
Prólogo
y agradecimientos
Introducción:
el problema
1.
En
la piel del psicópata
2.
Retrato
robot
3.
El
perfil: sentimientos y relaciones
4.
El
perfil: estilo de vida
5.
Control
interno: la pieza que falta
6.
El
crimen: la elección lógica
7.
Psicópatas
de cuello blanco
8.
Palabras
extrañas pero convincentes
9.
Moscas
en la telaraña
10.
Las
raíces del problema
11.
La
ética de las etiquetas
12.
¿Se
puede hacer algo?
13.
Guía
de supervivencia
Epílogo
Notas
FICHA TÉCNICA:
1
Libro
288
Páginas
Pasta
delgada en color plastificada
Primera
edición 2023
ISBN
9786077473077
Autor Robert D. Hare
Editor Paidós
FAVOR DE PREGUNTAR
POR EXISTENCIAS EN:
Correo
electrónico:
Celular:
6671-9857-65
Gracias
a Google por publicarnos
Quedamos
a sus órdenes
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6 comentarios:
Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIA Autor Robert D. Hare
EN LA INTRODUCCIÓN:
EL PROBLEMA
Hace varios años dos estudiantes de posgrado y yo entregamos un artículo a una revista académica. El artículo describía un experimento en el que se había usado un registro biomédico para controlar la actividad eléctrica del cerebro de varios grupos de hombres adultos mientras llevaban a cabo tareas lingüísticas. Registramos esta actividad en hojas de papel cuadriculado y recogimos una serie de ondas, lo que se denomina en terminología médica un electroencefalograma (EEG). El editor nos devolvió el artículo negándose a publicarlo
La razón, según nos dijo, era: «Francamente, hemos encontrado que algunas de las pautas de las ondas cerebrales descritas en este artículo son muy raras. Estos EEG no pueden proceder de personas reales»
Es verdad que algunos de nuestros registros de ondas cerebrales eran extraños, pero no los habíamos obtenido de alienígenas y, por supuesto, no nos los habíamos inventado. Los obtuvimos de una clase de sujetos que se pueden encontrar en toda raza, cultura, sociedad y estilo de vida. Todo el mundo ha conocido a uno de ellos, ha sido engañado o manipulado por ellos, se ha visto forzado a vivir con ellos o a reparar el daño que han producido. Esos sujetos, a menudo encantadores (aunque siempre de manera letal), tienen un nombre clínico: psicópatas. Su sello es una impresionante falta de conciencia; su juego es la autogratificación a expensas de la otra persona. Muchos pasan algún tiempo en la cárcel, pero muchos otros no. Todos toman más de lo que dan
Este libro ataca de frente el tema de la psicopatía, lo trata tal y como es en realidad, un oscuro misterio con increíbles implicaciones en la sociedad; un misterio que finalmente está empezando a revelarse después de siglos de especulación y décadas de investigación empírica
Para hacerse una idea de la magnitud del problema que tenemos delante, consideremos el dato de que en Estados Unidos hay al menos dos millones de psicópatas; en Nueva York viven por lo menos cien mil. Y éstas son estimaciones más bien optimistas. Si pensamos que la psicopatía es un problema aislado, esotérico, que afecta sólo a un reducido grupo de personas, nos equivocamos. La psicopatía nos toca prácticamente a todos
Consideremos también que la prevalencia de la psicopatía en nuestra sociedad es la misma que la de la esquizofrenia, un trastorno devastador que provoca un malestar punzante tanto al paciente como a su familia. Sin embargo, el alcance del dolor personal y del malestar asociado con la esquizofrenia es pequeño comparado con la carnicería asociada a los...
Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIAL Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIA
Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIAL Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIA
...psicópatas. Estos tejen una amplia red y prácticamente todo el mundo queda atrapado en ella de una manera u otra
Las expresiones más obvias de la psicopatía —pero de ninguna manera las únicas— comprenden la violación flagrante de las normas sociales. No es sorprendente que muchos psicópatas sean considerados oficialmente como criminales, pero muchos otros se hallan fuera de las prisiones y usan su encanto y sus habilidades camaleónicas para abrirse camino en la sociedad y dejar un rastro de vidas arruinadas detrás de él
Juntas, las piezas del rompecabezas forman la imagen de una persona auto centrada, insensible, sin remordimientos y con una total carencia de empatía y capacidad para entablar relaciones emocionales con los demás. Se trata de una persona que funciona sin las restricciones que nos impone la conciencia. Si piensa en ello, se dará cuenta de que lo que falta en este perfil son las cualidades que nos permiten vivir en armonía social
No es un cuadro muy bonito, y algunos expresan sus dudas de que pueda existir gente así. Para disipar esas dudas sólo necesita considerar los más espectaculares ejemplos de psicopatía que vemos en nuestra sociedad actual Docenas de libros, películas y programas de televisión y cientos de artículos y titulares de periódicos nos cuentan la siguiente historia: los psicópatas están en un gran porcentaje entre los perfiles que describen los medios de comunicación —asesinos en serie, violadores, ladrones, timadores, maltratadores, criminales de cuello blanco, tiburones de la Bolsa, abogados perniciosos, barones de la droga, jugadores profesionales, miembros del crimen organizado, médicos a los que han retirado sus licencias, terroristas, líderes espirituales, mercenarios y hombres de negocios sin escrúpulos
Lea el periódico bajo este enfoque y las claves del problema prácticamente le saltarán a los ojos. Más espectaculares son los asesinos a sangre fría que repelen y fascinan a un tiempo. Vea esta pequeña muestra de cientos de casos que se han llevado a la gran pantalla:
—John Gacy, un contratista de Des Plaines, Illinois, «Hombre del año» de la Cámara de Comercio de esa ciudad, solía entretener a los niños de su vecindario como «el payaso Pogo»; hasta tenía una foto junto a la esposa del ex presidente Carter, Rosalynn. En la década de 1970 asesinó a treinta y dos jóvenes y enterró los cuerpos debajo de su casa
—Charles Sobhraj, un ciudadano francés nacido en Saigón y descrito por su padre como un «destructor», se convirtió en estafador internacional, jugador,...
Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIAL Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIA
Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIAL Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIA
…traficante y asesino, y dejó tras de sí un rastro de billeteras vacías, mujeres engañadas, turistas drogados y cuerpos sin vida por todo el sudeste de Asia en la década de 1970
—Jeffrey MacDonald, médico con los Boinas Verdes, asesinó a su mujer y a sus dos hijos en la década de 1970, y aseguró que los responsables de ello habían sido «drogadictos de ácido»
Su caso atrajo la atención de la opinión pública e inspiró la redacción de un libro y la filmación de la película Fatal Visión
—Gary Tison, un asesino convicto, logró manipular magistralmente al sistema judicial usando a sus tres hijos para que le ayudasen a escapar de la prisión de Arizona en 1978. Su aventura como fugado dejó una cuenta de resultados macabra: seis personas muertas
—Kenneth Bianchi, uno de los «estranguladores de la colina» que violó, torturó y asesinó a una docena de mujeres en Los Ángeles en la década de 1970, entregó a su primo y cómplice (Angelo Buono) a la policía y engañó a algunos expertos haciéndolos creer que tenía personalidad múltiple y que los crímenes los había cometido «Steve»
—Richard Ramírez, un asesino en serie adorador de Satán, conocido como el «cazador nocturno», que se describía a sí mismo con orgullo como «diabólico», fue declarado culpable en 1987 de trece muertes y otros treinta delitos, entre los que se incluían el robo, la violación, la sodomía, la cópula oral y el intento de asesinato
—Diane Downs disparó a sus hijos para atraer a un hombre al que no le gustaban los niños.
Sin embargo, se las arregló para aparecer ante los demás como la víctima del caso
—Ted Bunty, el asesino en serie norteamericano por excelencia, fue el responsable del asesinato de doce jóvenes a mediados de la década de 1970. En el juicio declaró haber leído demasiada pornografía y que una «entidad maligna» había usurpado su conciencia. Recientemente fue ejecutado en el Estado de Florida
—Clifford Olson, un asesino en serie canadiense, persuadió al gobierno para que le pagase...
Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIAL Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIA
Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIAL Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIA
...100.000 dólares a cambio de revelar dónde había enterrado a sus jóvenes víctimas. Olson es del tipo de psicópata que hace todo lo que puede para ver su foto en los periódicos
—Joe Hunt, un experto manipulador que ideó a principios de la década de 1980 un fraudulento sistema de inversiones para jóvenes (popularmente conocido como el Club de los Chicos Billonarios) en Los Ángeles, se especializó en timar a millonarios y estuvo implicado en dos asesinatos
—William Bradfield, profesor de literatura clásica, fue declarado culpable del asesinato de una colega y sus dos hijos
—Ken McElroy «robó, violó, quemó, disparó y mutiló a ciudadanos de Skidmore, Missouri, sin conciencia ni arrepentimiento» durante años, hasta que murió de un disparo en 1981 ante la mirada de cuarenta y cinco personas
—Colin Pitchfork, un exhibicionista inglés, violador y asesino, fue el primero en ser declarado culpable a partir de la evidencia del ADN
—Kenneth Taylor, un mujeriego dentista de Nueva Jersey, abandonó a su primera mujer, intentó asesinar a su segunda esposa, propinó una salvaje paliza a la tercera durante su luna de miel en 1983 y la mató de una paliza al año siguiente. Más tarde escondió el cuerpo en su coche y visitó a sus padres y a su segunda esposa para declarar después que había matado a su mujer en defensa propia porque ella le atacó tras descubrir que había estado abusando sexualmente de su pequeño hijo
—Constantine Paspalakis y Deidre Hunt grabaron la tortura y asesinato de un joven. Ahora se encuentran a la espera de su propio final en el corredor de la muerte
Los sujetos de esta índole y los terribles crímenes que cometen atrapan, sin duda, nuestra atención. Muchas veces comparten su macabro protagonismo con asesinos que parecen tener serios problemas mentales: por ejemplo, Ed Gein, un asesino psicótico que despellejaba y se comía a sus víctimas; Edmund Kemper, sádico sexual y necrofílico que mutilaba y desmembraba a sus víctimas
-David Berkowitz, el «Hijo de Sam», que asaltaba a jóvenes parejas en aparcamientos de coches, Jeffrey Dahmer, el «monstruo de Milwaukee», que fue declarado culpable de torturar, asesinar y mutilar a quince hombres y niños, y que fue sentenciado a quince cadenas perpetuas consecutivas...
Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIAL Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIA
Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIA Autor Robert D. Hare
...Aunque muchos de estos asesinos a veces son declarados mentalmente sanos —como Kemper, Berkowotz y Dahmer—, sus innombrables actos, sus grotescas fantasías sexuales y su fascinación con el poder, la tortura y la muerte ponen a prueba cualquier definición de salud mental
Los asesinos psicopáticos, sin embargo, no están locos, según los cánones legales y psiquiátricos. Sus actos no son el resultado de unas mentes trastornadas, sino de una racionalidad calculadora combinada con una incapacidad escalofriante para tratar a los demás como seres humanos pensantes y sensibles. Su conducta incomprensiblemente amoral, dentro de una personalidad aparentemente normal, nos asombra y atemoriza
Por muy inquietantes que sean estos hechos, debemos esforzarnos por mantener cierta perspectiva, debido a que la mayoría de los psicópatas se las arregla para no asesinar a la gente. Si prestamos demasiada atención a los ejemplos más brutales y llamativos, corremos el riesgo de no ver el cuadro completo: los psicópatas que no asesinan pero que están presentes en nuestras vidas. Es más probable que un hábil timador nos robe nuestros ahorros que nos quite la vida un asesino de ojos de tiburón
De todas formas, los casos extremos son para nosotros de un valor considerable. Suelen estar bien documentados, nos alertan del hecho de que tales gentes existen y de que antes de que los atrapasen eran parientes, vecinos y compañeros de trabajo, como lo somos nosotros también. Estos ejemplos ilustran el factor fundamental implicado en la psicopatía: una, profunda incapacidad para preocuparse por el dolor y el sufrimiento ajeno, es decir una total falta de empatía, el requisito previo para el amor
En un intento desesperado por explicar esta carencia, examinamos la vida familiar de estas personas, pero no encontramos mucha ayuda en ello. Es cierto que las infancias de algunos psicópatas se caracterizaron por la carencia emocional y material o los abusos físicos, pero por cada psicópata adulto con una infancia penosa nos encontramos otra con un hogar aparentemente cálido, con hermanos normales, capaces de amar y cuidar a los demás. Más aún, la mayoría de las personas que han tenido infancias terribles no se convierten en psicópatas o asesinos
Aunque en otras áreas del desarrollo humano sí sucede que las personas objeto de abusos y violencia se convierten en adultos violentos y abusadores, no sucede así con la psicopatía. Existen explicaciones más profundas, más aclaradoras de por qué nace la psicopatía. Este libro es el resultado de mis veinticinco años de búsqueda de respuestas a esas preguntas...
Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIA Autor Robert D. Hare
Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIA Autor Robert D. Hare
...Una gran parte de esta búsqueda ha consistido en desarrollar los medios necesarios para identificar a los psicópatas que habitan a nuestro alrededor. Porque, si no somos capaces de distinguirlos, estamos destinados a ser sus víctimas, como individuos y como sociedad
Para obtener un ejemplo muy común de lo que decimos pensemos en aquellos asesinos convictos que, una vez en libertad condicional, no tardan en cometer un acto delictivo de nuevo
Preguntan con incredulidad: « ¿Por qué han dejado salir a tal persona?». Su asombro se convertiría fácilmente en indignación si supiesen que, en muchos casos, el atacante era un psicópata cuyo violento comportamiento suele repetirse sin remisión y que la autoridades hubieran debido preverlo (incluido el comité de concesión de la libertad condicional)
Espero que este libro ayude al público en general y a la justicia a comprender la naturaleza de la psicopatía, la magnitud del problema que supone y los pasos que hay que seguir para reducir su devastador impacto en nuestras vidas...
Libro PSICÓPATAS SIN CONCIENCIA Autor Robert D. Hare
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